viernes, 24 de diciembre de 2010

Los regalos del pasado no siempre fueron mejores

La Navidad se presta a la añoranza que a veces engaña a más de uno haciéndole creer que cualquier tiempo pasado fue mejor. Por ejemplo, la noche de Navidad se presenta el bueno de tu marido con un regalo que le ha costado una pasta y tres semanas de cavilaciones. El pobre hombre lleva años sin acertar y este no ha sido una excepción.

Entonces, en el silencio de la cocina mientra pones el fregaplatos con los restos de la cena, te acuerdas de aquel primer novio que te regaló cualquier chorrada, que nunca te pusiste porque era más fea que los zapatos de Lady Gagá, pero que a ti te colmó de felicidad y hasta de lágrimas de alegría. Del regalo ni te acuerdas, del novio cuanto apenas entre otras cosas porque la última vez que lo viste te pareció un desecho de tienta, y entonces sales de la cocina, ves a tu pepe acabando de recoger la mesa y miras tu regalo -¡qué feo es!- y empiezas a pensar que quizás lo puedas cambiar, total qué más da si tu pepe no se va enterar…

La verdad es que aquel novio, si ahora fuese tu marido, tampoco hubiese acertado, a no ser que por el camino le hubiesen tocado los ciegos y hubiese decido descargar su abultada tarjeta en los alrededores de Poeta Querol, o en alguna de las joyerías que esta semana se han puesto de largo para presentar sus mejores galas.

El martes, Antonio Romero celebró en su tienda de Poeta Querol un cóctel para presentar su nueva colección de joyas. Allí se dejó ver lo más granado de la sociedad: Salvador Vila y Esperanza Pascual, Hortensia Herrero y Juan Roig, Matilde Conesa, Mª Ángeles Fayos, Pilar Vaquez, Pilar Latorre, Amparo Suay, Pilar Debesa, Vicente Moret, Rosa Villar, Marta de Diego, Mª Carmen Molina, Carmen Topete, Mª Teresa Monzonís, Elvira Catalá, el tenista Alex Calatrava y Romina Martínez-Colomer, y no sigo porque me quedo sin espacio para contar la otra fiesta de la semana.

El miércoles fue el joyero Vicente Gracia quien presentó su colección diseñada en colaboración Attila Pereghy (los dos en la foto) uno de los más famosos distribuidores de ópalos, un tipo curioso que se recorre África y Australia buscando las codiciadas piedras.

Los ópalos son unas piedras muy singulares, con unos colores muy intensos que cambian cuando se miran desde distintas direcciones, produciendo un bellísimo juego de colores. Cuentan que los aborígenes australianos podían leer el universo en estas piedras; el maestro de la joyería René Lalique la utilizaba con frecuencia en sus creaciones enmarcadas en la onírica época del Art Nouveau; la reina Victoria de Inglaterra las coleccionaba; y la literatura ha recurrido a ellos como fuente de inspiración y de magia. Desde luego, que interesante resulta siempre lo que organiza Vicente Gracia…

Hasta la joyería se acercaron a ver los ópalos: Paco Roig con su esposa, Paola Dominguín, Pepe Ribes, Alicia de Miguel, Ángel Villanueva, María José Solaz, Valentín Herráiz, Javier Calduch, Paco Jorro, Emilia Segura, Marta Gual, Lola Narváez, Julián Mateo, Amparo Guridi y Mati Guerrero.

No fueron las únicas joyerías en organizar cócteles. Esta semana, es lo que toca. Pero bueno, como a tu pepe no le han tocado los ciegos, lo mejor será cambiar el regalo y llevártelo como quien no a dar una vuelta para darle ideas de cara a la noche de Reyes. A tiendas como la que acaban de inaugurar Begoña Buqué y Ángeles Casanova. Se llama “La petite fleur grise”, un nombre de lo más apropiado, porque parece sacada del Maraise parisino, con ropa de lo más estilosa y lo mejor, ¡a precio de Zara!

La petite fleur grise está en Conde Salvatierra 6, junto a Jacques Dessange. La tienda no es que sea pequeña, es que es diminuta, pero está decorada con mucho encanto: armarios antiguos pintados en blanco, una preciosa flor de madera tallada en el pomo de la puerta, cortinas en tonos naturales y pocos muebles pero muy bien escogidos, lo mismo que la ropa, prendas de algodón que se llevan superpuestas al estilo bohemio-chic. Por ejemplo, un vestidito de algodón, encima una blusa de flores, un cardigan holgado y para rematar el look un par de pañuelos al cuello, botas moteras, chaqueta de cuero y ¡tachán! juvenil, estilosa y sin arruinar a tu pepe.

Lo que está claro es que acertar con el regalo no depende del dinero ni el interés de quien regala, sino de la disposición de quien lo recibe.

2 comentarios:

Cartas natales dijo...

Excelente nota, en todo de acuerdo!

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