miércoles, 31 de agosto de 2011

Se acabó el verano

Se acabó el verano. Las fiestas, los shorts, las chanclas, los mojitos, los chiringuitos de Javea, los baños en Cala Blanca… El concierto de Raphael en Benidorm, ayer noche, cerró definitivamente la temporada. Este año la vuelta será dura, al menos en lo que a la vida pública valenciana se refiere, porque tiene un futuro más triste que el de Jaime de Marichalar: recortes, reestructuraciones, cierres, despidos… Uff, ¡qué bajón!

Menos mal que la boda de la Duquesa de Alba con Alfonso Díez dará un poco de vidilla a la vuelta a la dura realidad y llenará de frivolidad más de una página de periódicos. Su primogénito, el Duque de Huéscar, ha pasado parte de su veraneo en Jávea, ossea, ossea. El heredero de la casa de Alba, y padrino de la boda junto con Carmen Tello la mujer de Curro Romero, suele venir por aquí porque una de sus muchas cuchipandis veranea en Javea, pero es tan, tan discreto, que raras veces se deja ver por los sitios de moda, como La Esquina, de Juan Mouchet, donde preparan unos Gin Tonic de muerte, Jalousie o Achill, que fundó Edgar Slama.

Pero si eres el heredero de la familia con más abolengo de Europa, antes o después, alguien alardea de haber coincidido contigo en un restaurante; hace una semana, él estuvo comiendo en Estapati, un restaurante de tapas en El Arenal, con un matrimonio de gente mayor, así los definió mi fuente de información, que no supo decirme más. ¡Córcholis!, la próxima vez ruego a mis discretas fuentes anónimas que agudicen el oído y cuenten algún detalle más.

Desde luego no es justo. Para una vez que podríamos tener una exclusiva mundial, con el padrino de la boda del año pasando unos días en Javea, va y el hombre hace lo imposible para pasar desapercibido y no da oportunidad ni para sacarle una foto echando las defensas del barco al agua antes de atracar. Nada que ver con el prototipo del nuevo rico, que con lo que ganó con la venta de su último solar se compra un megayate y se pone en la popa, así como quién no, sacando pecho y barriga para que le hagan un foto que constate su poderío.

Carlos Juan Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo es un hombre sobrio, tanto de aspecto como de costumbres. De él se sabe poco, que se casó en 1988 en Sevilla con la aristócrata Matilde Solís y Martínez de Campos, con quien tuvo dos hijos, y que se divorciaron trece años después a raíz de una depresión de ella. Hace poco tuvo una relación con Alicia Kloplowitz, pero lo llevaron con tanta discreción que apenas se publicaron fotos.

Una actitud que poco tiene que ver con la de su madre, que hace lo que le viene en gana y se dejaba ver estos días por Ibiza con un look juvenil flower-power de lo más llamativo. A la duquesa le encanta pasear por los mercadillos artesanales como el de Las Dalias y exhibirse con su futuro marido sin ningún tipo de recato.

Precisamente allí, en el Mercadillo de las Dalias, está vendiendo este verano sus joyas Enrique Paege, pareja del diputado del PP Felipe del Baño. La firma valenciana de joyería se llama Queen Morocco. Enrique se ocupa del diseño de todas las piezas y Felipe de la parte comercial y las relaciones externas. Son piezas únicas: maxi anillos, pulseras y collares con piezas antiguas afganas y marroquíes, mezcladas con piedras como turquesas, coral, turmalinas, agua marinas, y calaveritas de hueso en miniatura. Seguro que a la Duquesa de Alba le encantan, porque son joyas coloristas, con un aire sofisticado y desenfadado, para mujeres con carácter, de esas que van a su aire y tienen un puntito de excentricidad, nada discretas.

“Lo último que estamos haciendo son los bolsos y cestos de mimbre con incrustaciones de tela, piedras y cadenas que están causando furor en Ibiza. Son muchas las políticas valencianas enganchadas a Queen Morocco: Alicia de Miquel, Paula Sánchez de León, Asunción Quinzá, Verónica Marcos, Macarena Montesinos, Mónica Lorente o Sagrario Sánchez. Empresarias como Emi y Lola Senent. Además de personajes de televisión como Ana Rosa Quintana, María Teresa Campos o Mariló Montero”, dice del Baño.” En Valencia se venden en la tienda Opera Prima (Cirilo Amorós) y en Presen Rodríguez (Sorní).

1 comentario:

Rafaela dijo...

¡Enhorabuena por el artículo! Me ha parecido muy interesante y entretenido.