El presidente Puig lleva más de un año hablando del renacimiento valenciano. En cuanto tiene ocasión, lo dice. Es un viejo truco de la oratoria política: si quieres que una idea cale hondo, tienes que repetirla una y otra vez hasta aburrir. Hablar de renacimiento resulta muy atractivo. Fue una época en la que todo era nuevo. Una nueva forma de ver el arte, la política, una nueva concepción del hombre y una ruptura con la tenebrosa Edad Media. O igual nuestro nuestro president se refiere a la renaixença catalana. Lo mismo da. El caso es que Ximo Puig quiere convencernos de que Valencia ha salido de la época oscura y de pensamiento único hacia una sociedad más abierta, culta e intelectual.
El president hubiera disfrutado en la inauguración de la exposición de Miquel Navarro en la galería Shiras. Aquello parecía una recepción en el palacio de los Medicci: intelectuales y artistas codeándose con lo más granado de la burguesía acostumbrada a actuar de mecenas. Por fin un artista tan reconocido como Miquel Navarro exponía en su propia tierra, en una galería privada. Entre los asistentes, empresarios importantes (Juan Eloy Durá, José María Romeu), artistas reconocidos (Paco Sebastián, Horacio Silva, Josep Sanleón, Javier Calvo, Vicente Colom, Rafa Calduch, Antonio Girbés, Nuria Rodríguez, Ana Vernia, Rebeca Plana, José Saborit) y coleccionistas de nivel como Willy Caballero; Cuqui Guillen, del Equipo Límite, una de las coleccionistas de arte pop más importante de la Comunidad Valenciana, el mecenas Jose Pedro Martinez (Martínez Guerricabeitia). También intelectuales como el director de la revista Mètode Javier Domínguez, el periodista Xavier Ribera y el director de la Fundación Bancaja, Rafael Alcón, encantado de que por fin hubiese una exposición de nivel en Valencia, María José Navarro, presidenta de la Asociación de Amigos del Museo de Bellas Artes.
La galería de Sara Joudi se quedó pequeña para tanto público. Las hermanas Laura y Blanca Fitera, y Carmen y Paloma de Miguel, también aficionadas al arte, pusieron la nota glamurosa, junto con Mayrén Beneyto, quien recordó que en un par de meses vendrá a Valencia la exposición de esculturas de Manolo Valdés gracias a la Fundación Hortensia Herrero y que ella ya vio las cabezas gigantes en la plaza Vêndome de París, ¡eso sí que tiene glamour! Aquí se expondrán en uno de los lagos de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. El sueño de Ximo Puig hecho realidad. Valencia codeándose con la intelectualidad parisina.
Más invitados: Gloria Tello, Maria Teresa Nuez, Ana Joudi e Ismael zahrawi (del Instituto Médico Zahrawi), Carlos LLobet, Regina Rebolleda, María José Meco, May Pérez, Jose A. Pérez Vercher, Juan Blasco, la diseñadora Presen Rodríguez y su hijo el artista José Cosme, Alejandro Betehcourt.
También estaba el productor audiovisual Borja Trénor Suárez de Lezo, que tiene una de las cuentas de Facebook más interesantes de Valencia. Tan pronto publica fotografías del París de finales del XIX como pinturas de la última exposición de Ramón Casas.
Allí, dentro de la Galería, mirando las esculturas de acero o piedra de Miquel Navarro, tan verticales e hipnóticas, una se siente imbuida por el espíritu renacentista; ¡quién fuera Maria Medici para poder enviar su carruaje a la puerta y llevárselas todas para luego distribuirlas por los salones de sus palacios!
Entre los artistas que fueron a la inauguración, estaba Vicente Colom, que está a punto de inaugurar una exposición de dibujos de capiteles a plumilla en el Monasterio de Silos. Será el viernes que viene y el pintor estará acompañado por una buena representación de amigos valencianos.
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