¡Qué difícil es mantener un mínimo de elegancia y estilo
llevando mascarilla! Sales a la calle con ella puesta, las gafas de sol se
empañan, el pelo se enreda en las gomas, empiezas a sentir calor y el
maquillaje mancha la mascarilla, uff, te ves en el reflejo de un escaparate y
te dan ganas de volver por dónde has venido porque para salir así, mejor
quedarte en casa.
Para las mujeres llevar mascarilla implica tal cambio que
incluso hay médicos estéticos que publicitan tratamientos para el tercio
superior de la cara. Total, el resto no se va a ver. ¡Qué fuerte!
La mascarilla está llamada a ser el nuevo complemento de
moda. Ya me veo el especial colecciones de la próxima temporada con una sección
de tendencias en mascarillas: “Las mascarillas del otoño invierno de 2021
tendrán estampados de leopardo y combinarán bien con los vestidos negros de
cóctel; para un aspecto más informal, quedarán estupendas las de tejido vaquero
en distintos desteñidos y si tienes una ceremonia, lo ideal es que la
mascarilla combine con el tejido del vestido incluso con algún detalle del
bordado”. Reíros, reíros, que el diseñador Alejandro Resta ya ha diseñado
varios prototipos de mascarillas de gala en tejidos lujosos como seda, encaje y
bordados en tul. Son tan sofisticadas, que parecen sacadas de un carnaval
veneciano. “Son de colección, para momentos especiales, ahora voy a diseñar
otras para el día a día”, dice el diseñador.
Algunos adelantados ya se han dado cuenta del potencial estilístico de la mascarilla. Ahí está el siempre elegante José Cosme, que ya
no sale a la calle sin su mascarilla de Lila Albanozzo, una italiana afincada
en Valencia. Ella ha diseñado varios modelos: de voile de algodón o lino, de
chica o de chico… Atentas, chicas, porque poco a poco las veremos en los
escaparates cubriendo el rostro de los maniquíes y tendremos de tantos
estampados y tipos de tela como los coleteros.
Esta semana la vida social ha florecido tímidamente. Quedar
en las terrazas ha sido tan excitante como ver al chico que te gustaba en BUP
con una vespa rosa. Coté Soler y Javier Martínez Rubio quedaron en el ático de
uno de esos clubes de moda con su grupo de amigos: el modelo Lucho, Inma
Villar, Amparo Royo y Pepe Fernández.
Julia Pérez Broseta también aprovechó el paso a la Fase 1
para quedar con sus amigas María Simó, Belén Prado; la periodista Ángela Valero
de Palma compartió cervezas con Teté García y el escaparatista Quique Camps y
Goyo Bonillo aprovecharon para comer al aire libre. El premio a la
sofisticación se lo lleva Ximo Ros, que quedó con Montse Salamanca y unos
amigos para beber champán en una coqueta terraza de la plaza Rodrigo Botet. Y
el broche de oro es para Alex Jordán y Max Rese, que estuvieron tomándose un
aperol con hielo, la bebida de moda, en casa de la brasileña Kellen Olympo.
Hay quien hasta tuvo fiesta sorpresa. Mayrén Beneyto cumplía
75 (súper bien llevados y con una vitalidad que ya quisieran muchas jovencitas)
y el lunes recibió la visita de sus amigas Hortensia Herrero, Amparo Andreu,
Pepa Martí y la diseñadora Marta de Diego, que le llevaron una tarta de
chocolate. Faltó Emilia Segura, que no pudo ir pero le envió un mensaje de
felicitación. Las cinco están muy unidas y suelen compartir viajes a destinos
exóticos.