lunes, 18 de mayo de 2020

Dresscode: confinamiento


Estos días no dejamos de decir palabras que pronto queremos olvidar: desescaladada, desconfinamiento, mascarilla… Pero la que se lleva la palma es webinar. Suena fatal, como a huevo pasado o insulto cursi: eres un webinar, más que webinar. Mira que se podría sustituir por “seminario web”, pero nada, no hay manera. Se ha extendido de tal forma que hasta se utiliza para quedar con los amigos. Nos vemos en el webinario, ¿pero qué estás diciendo?, eso suena a urinario, calvario o dinosaurio. ¡Por Dios, no hay nada bueno que rime con webinario!
No sólo es fea la palabra, sino lo que significa. Quedar con los amigos por videoconferencia tenía su gracia al principio, por eso de la novedad: te maquilabas un poco, buscabas alguna camisa mona para que no te viesen en pijama, y hasta cogías una copa de vino para intentar ponerle al mal tiempo buena cara. Eso fue al principio, hace semanas. Ahora, varias cajas de vino después, ni te molestas en quitarte el chándal, ¡para qué! Aunque te pongas un vestido mono, la imagen que se ve por videoconferencia está tan deformada que no vale la pena el esfuerzo de arreglarte, da igual que lleves un vestido de Prada que una camiseta de Zara.
A pesar de todo, vernos por la pantalla del ordenador o el móvil es la única forma que teníamos por ahora de socializar. Hasta las integrantes de la Orden del Querer Saber se han adaptado, y eso que ya no son unas jovencitas. Su presidenta, Marisa Marín, las convocó esta semana por videoconferencia y acudieron todas a la conferencia sobre “cómo vivir más de cien años”. Marisa les envío tres presentaciones para que se preparasen la reunión: "Aprendiendo a envejecer", "Diez Mandamientos para una vejez feliz" y "Una actitud positiva alarga la vida". Me encantan estas señoras, de verdad.

El Ateneo Mercantil y el Casino de Agricultura también se han incorporado a las nuevas tecnologías. El Ateneo se ha reconvertido en un Ateneo on line, con un montón de actividades: cursos, conferencias, aula cultural… El casino organiza clases de cultura, sesiones de partidas de cartas online y hasta torneos de bridge virtuales. “Han conseguido mantener las mismas parejas en las partidas virtuales, con lo cual es como si no hubieran salido de la sala de juego del Casino, aunque echan mucho de menos no poder estar juntos”, cuenta Ana Ibáñez, secretaria del Casino.
Plumas y Cubiertos, un grupo que creo Toni Jordán para reunir a lectores y escritores alrededor de una mesa, también ha cambiado su formato. “Pensé que sería divertido hacer un tardeo literario y eso hicimos, quedamos con Javier Alandés, autor de Las tres vidas del pintor de la luz, un libro sobre la adolescencia y juventud de Joaquín Sorolla. Así que, cada uno en su casa se preparó un aperitivo y mientras hablamos de literatura, de Sorolla, y del proceso creativo durante más de dos horas”, cuenta Toni, que compartió reunión su mujer Beatriz Maset, con la editora Paz Navarro, el escritor Javier Alandes, Santiago Gui, Cristina Cruz, Ana Ibañez, Pepe García Pla, Patrícia Martín, Ana Pérez, Mariajo Esteve, Ivanna Pinedo, Javier Franco, Gemma de Miguel, Maijo Delgado, José María Guijarro, Silvia Escolá  y Belén Cervera.

El grupo de aficionadas arte que reúne la artista Marusela Granell también ha cambiado sus charlas presenciales con las videoconferencias.
Pero lo más de lo más ha sido la cata virtual de champan y puros que organizó Javier Monedero. Jooo, eso sí que mola, te coges tu botella de champán (el puro para las más atrevidas) y te pones a escuchar a Xavier Monclús que te va engatusando con los matices y las añadas, y copa a copa, al final ya no sabes si el retrogusto era de frutos secos o de pomelo.

Quienes sí celebraron su aniversario de la forma tradicional fueron Cuchita Lluch y Juan Echanove. Se casaron hace seis años en Rocafort y para celebrarlo encargaron comida japonesa. “Puse la mesa con mantel y vajilla bonita y cubertería de plata. Cenamos los dos juntos”.