Encontrar sitio en una buena terraza se ha convertido en una
misión imposible, casi tanto como conseguir unos zapatos monos de tu talla en
las segundas rebajas. Llegas a la cafetería de turno, todas las mesas están
ocupadas, echas una mirada discreta a ver por dónde va cada uno. Este ya ha
pedido la cuenta, la otra ya se ha acabado el café, la de más allá ha cogido el
bolso y parece que ya se va. Pero no se levanta ni Blas. Son como tu Pepe
cuando se está comiendo un plato de bravas, mientras tú haces un esfuerzo
inhumano para no tocarlas. Desde hace media hora, parece que él ya ha
terminado, pero siempre le queda una sucaeta más; el camarero amenaza con
llevarse el plato y él alarmado y le dice “ni se te ocurra”.
Cuando por fin consigues sentarte, entiendes a quienes te
precedían. De ahí no te mueve ni un aguacero. Sobre todo se has quedado con las
amigas a tomar un vinito, reíros un rato y ponerse al día, que había mucho de
qué hablar y las amigas son la mejor terapia para hacer frente a las crisis de
todo tipo. Por eso no es extraño que esta semana más de una haya aprovechado
para compartir terraza y vinito con amigas.
La interiorista Tatiana Monsonís, Eva Marcellán y Leticia
Valera, fundadora de la ONG Vaya Tela Leticia, quedaron en la plaza del
Patriarca. Eva se llevó a su perrita Bibi, que es una monada y tan pequeña que
cabe en el cesto de la bici.
Mayrén Beneyto también aprovechó estos días para reunirse
con sus amigas María Teresa Monsonís, Carmen Tope y Charo Font de Mora en casa
de la artista Blanca Martí en la urbanización Santa Bárbara. Compartieron
comida y confidencias y pudieron ver en el taller las últimas obras de la
pintora.
Otro grupo de amigas: Juana Camps, Begoña Camps, María Gómez-Polo,
Verónica Jordá, Adriana Blay y Pati de la Viña comieron juntas en casa de Isa
Aliño para celebrar el cumpleaños de Eva Alapont.
Apetece tanto estar en las terrazas que algunas tiendas,
como la de Alejandra Montaner, han puesto una mesa con sillas en la puerta para
que sus clientas se tomen algo mientras esperan turno si hay exceso de aforo.
Por la terraza de Alejandra han pasado María Luisa Tormo o Daniela Carrillo.
Las tiendas de barrio pequeñas tienen un encanto especial.
Bastan dos o tres visitas para que acabes siendo amiga de la dueña. Un día
entras a por unas zapatillas y en cuanto te descuidas, te quedas una hora de
charreta hablando sobre el trabajo, los hijos o tu Pepe. Si las tiendas son de
ropa de mujer, como la de Laura Cernicharo o Bea Aguinaco, entonces sabes
cuando entras pero nunca cuando sales, porque el probador es como un
confesionario y entre vestido y vestido te cuentas media vida.
Hemos echado de menos las pequeñas tiendas y también las
grandes como el Corte Inglés, que abre por fin mañana. “Lo tenemos todo
preparado para abrir en cuanto pasemos de fase”, contaba el director de
comunicación Pau Pérez Rico y la personal shopper de Pintor Sorolla Inés
Alonso.