El jueves lo pasé mal todo el día porque me veía incapaz de decidir qué ponerme para la fiesta del X aniversario de El Mundo, con el agravante de que al ser una efeméride mi cabeza se recreó en la fugacidad de la vida, en cómo pasan los años, y en cómo he dejado de ser una pipiola para convertirme, ¡uff que horror!, en una mujer adulta. A partir de ahí me aboqué a la nostalgia – siempre la he odiado por inútil- y me recreé pensando cómo me habría vestido para una fiesta hace diez años. Y claro, se me ocurría de todo: desde el traje chaqueta Armani con mucha hombrera, hasta el twin-set de niña buena con falda de tablas, más soso que ni sé...
Las horas iban pasando, ya las cuatro de la tarde y yo sin saber que ponerme. La cama llena de vestidos, faldas y blusas arrugadas y desechadas; menos mal que al menos los pantalones habían quedado descartados desde primera hora; y mi colección de zapatos mirándome fijamente y diciendo: “Venga guapa decídete, parece mentira que a estas alturas no sepas que lo primero que se elige son los zapatos” No les hice caso, me tumbé en la cama y me recreé en mi desgracia… ¿qué será de mi dentro de otros diez años?, ¿Habrá ropa de mi talla en mis tiendas favoritas?, ¿Podré seguir llevando vaqueros pitillo?, ¿Y el pelo tan largo?, ¿Y minifaldas y vestiditos baydoll? ¡Uff, no quiero ni pensarlo!
Bueno, lo que pasó mejor no lo cuento… Crisis total con lágrimas incluidas; menos mal que a Pepa Pino no se le ocurrió llamarme para pedirme consejo sobre qué ponerse, no sé si me hubiese echado a llorar o le hubiese soltado un improperio. El caso es que me planté en el Palau de la Música mona, sin más, con la típica faldita negra, una blusa blanca de toda la vida, un abriguito de corte años sesenta y un bolso de mi adorada Miuccia Prada. Vamos, más o menos igual que hubiese ido diez años antes. ¿Y para eso tanto darle vueltas al armario entero? Siempre me pasa lo mismo...
Nada más entrar ví a Pedro J. en el escenario y me pareció tan interesante como siempre y pensé que su atuendo era más o menos el mismo que el que hubiese llevado una década atrás. Y lo mismo pensé de buena parte de mis mitos de la elegancia y el buen gusto valenciano. Allí estaban, monísimas de la muerte, como siempre, Mayren Beneyto, con un sastre estilo esmoquin; Rita Barberá, con traje chaqueta negro y perlas; Carmen Alborch, con esa melena leona que te mueres de envidia; las hermanas Laura y Marta Torrado; Mayte Sebastiá, la periodista de moda más estilosa de Valencia o Consuelo Císcar, personal a más no poder. Por supuesto que entre los hombres también los había muy elegantes, aunque siempre me fijo más en los modelitos de las mujeres.
Total, que al final, después de darle vueltas y más vueltas, he llegado a la conclusión de que la gente que me gusta es la que sigue fiel a su estilo, por encima de modas pasajeras. Lo que me gustaba hace diez años, me sigue gustando ahora: la ropa de Miuccia Prada, una sencilla falda negra de lana virgen, la camisa blanca de popelín, el abriguito a la rodilla, los zapatos de salón clásicos con la punta redondita, los tirantes de Pedro J. y sus camisas de cuello inglés. A veces te dejas enredar por otras novedades, pero cuando quieres ir a lo seguro y no equivocarte, ahí están tus básicos de ahora y de siempre.
Espero que dentro de otros diez años, pueda ir a la fiesta del XX aniversario de El Mundo Valencia y me pase otras cuatro horas dándole vueltas al modelito. Seguro que al final me pongo una falda con blusita. ¡Vamos, para no fallar!
Las horas iban pasando, ya las cuatro de la tarde y yo sin saber que ponerme. La cama llena de vestidos, faldas y blusas arrugadas y desechadas; menos mal que al menos los pantalones habían quedado descartados desde primera hora; y mi colección de zapatos mirándome fijamente y diciendo: “Venga guapa decídete, parece mentira que a estas alturas no sepas que lo primero que se elige son los zapatos” No les hice caso, me tumbé en la cama y me recreé en mi desgracia… ¿qué será de mi dentro de otros diez años?, ¿Habrá ropa de mi talla en mis tiendas favoritas?, ¿Podré seguir llevando vaqueros pitillo?, ¿Y el pelo tan largo?, ¿Y minifaldas y vestiditos baydoll? ¡Uff, no quiero ni pensarlo!
Bueno, lo que pasó mejor no lo cuento… Crisis total con lágrimas incluidas; menos mal que a Pepa Pino no se le ocurrió llamarme para pedirme consejo sobre qué ponerse, no sé si me hubiese echado a llorar o le hubiese soltado un improperio. El caso es que me planté en el Palau de la Música mona, sin más, con la típica faldita negra, una blusa blanca de toda la vida, un abriguito de corte años sesenta y un bolso de mi adorada Miuccia Prada. Vamos, más o menos igual que hubiese ido diez años antes. ¿Y para eso tanto darle vueltas al armario entero? Siempre me pasa lo mismo...
Nada más entrar ví a Pedro J. en el escenario y me pareció tan interesante como siempre y pensé que su atuendo era más o menos el mismo que el que hubiese llevado una década atrás. Y lo mismo pensé de buena parte de mis mitos de la elegancia y el buen gusto valenciano. Allí estaban, monísimas de la muerte, como siempre, Mayren Beneyto, con un sastre estilo esmoquin; Rita Barberá, con traje chaqueta negro y perlas; Carmen Alborch, con esa melena leona que te mueres de envidia; las hermanas Laura y Marta Torrado; Mayte Sebastiá, la periodista de moda más estilosa de Valencia o Consuelo Císcar, personal a más no poder. Por supuesto que entre los hombres también los había muy elegantes, aunque siempre me fijo más en los modelitos de las mujeres.
Total, que al final, después de darle vueltas y más vueltas, he llegado a la conclusión de que la gente que me gusta es la que sigue fiel a su estilo, por encima de modas pasajeras. Lo que me gustaba hace diez años, me sigue gustando ahora: la ropa de Miuccia Prada, una sencilla falda negra de lana virgen, la camisa blanca de popelín, el abriguito a la rodilla, los zapatos de salón clásicos con la punta redondita, los tirantes de Pedro J. y sus camisas de cuello inglés. A veces te dejas enredar por otras novedades, pero cuando quieres ir a lo seguro y no equivocarte, ahí están tus básicos de ahora y de siempre.
Espero que dentro de otros diez años, pueda ir a la fiesta del XX aniversario de El Mundo Valencia y me pase otras cuatro horas dándole vueltas al modelito. Seguro que al final me pongo una falda con blusita. ¡Vamos, para no fallar!
9 comentarios:
Hola, te leo desde hace tiempo y alucino... yo vivo en Valencia y nunca me entero de ningún acotencimiento de esos glamurosos a los q vas... bueno a mi me parecen glamourosos.... Q envidia me das!!
Un beso.
Hola Sandra, yo me entero porque es mi trabajo, ¡si no, apaga y vámonos! Cuando haya algo interesante, avisaré con un par de días de antelación, hay muchos eventos que no piden invitación en la entrada. Verás que es divertido si vas con alguna amiga y te con conocidos, si no, pueden ser un tostón.
Uma: no se, traje negro entallado, no es muy de mi estilo, además, según el test de color de Loca por las compras, a mí el negro me va fatal, pero tienes razón, es un básico que te saca de apuros.
çque hermoso es todo lo q sea Miuccia Prada y q lindo ir a esos eventos!!!
saludos!!
Lore
Pues te lo agradecería muchísimo Bego, seguro q me encantará ir a alguno de estos eventos.
Gracias!
Besos.
Ay, cómo te entiendo! Es como cuando terminas poniéndote vaqueros para salir de cena con los amigos, después de mirar y mirar.
Voy a intentar colarme en la fiesta que van a dar, creo que en el Palacio de los deportes, por lo del cambio de sede. A lo mejor lo consigo...
Lo bueno de lo tuyo, de lo nuestro, vamos, es que cuando veas las fotos dentro de 10 años no teverás ridícula.
Elle Cool Hunter, ex Loca por las compras, ahora con trastorno de doble personalidad
Jajaja, es verdad. ¡Cuánto tiempo nos pasaremos decidiéndonos por el mejor modelo!...
Loca: ya no trabajas con ellos? Te había enviado un mail a la dirección del trabajo...
Tienes razón con lo de no verte ridícula y con los vaqueros.
Te sigo en tu nuevo blog (a ver si actualizo los enlaces) Besos!
Uff, ab, yo me paso mucho tiempo decidiendo y al final, cambio de idea y vuelta a empezar.
Sólo quería referirme a este comentario tuyo: "Nada más entrar ví a Pedro J. (...) y pensé que su atuendo era más o menos el mismo que el que hubiese llevado una década atrás". Sinceramente, en los diez últimos años no se han producido muchas novedades en cuanto a la indumentaria formal de los hombres. Quizá las diferencias sean imperceptibles: solapas más anchas y más entallada la chaqueta. Cerillera visible -que la lleva en la foto- y poco más.
En cualquier caso yo me quedo con la camisa de rayas. En un acto oficial lo "normal" es ir con camisa lisa. Pedro J. rompe la norma... a sabiendas.
Saludos afectuosos.
Tienes razón, en el hombre los cambios son imperceptibles. De todos modos, no era exactamente un acto oficial, el aniversario de un periódico es un evento casi privado. El estilo british de Pedro J. me encanta, la verdad.
Saludos!
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