martes, 19 de agosto de 2008

¡Que vienen los ricos!

Es injusto, tremendamente injusto, que la Fórmula 1 llegue a Valencia cuando la economía del ciudadano medio está más negra que el futuro de la Baronesa Thyssen como decoradora (véase el último número de Hola… ¡qué horror!). Los yates de los megaricos de medio mundo atracando en la Malvarrosa y las pobres mundanas como yo estirando la tarjeta para comprar un cinturón de cien euros, si es de cincuenta mejor, que le dé un nuevo aire al modelito que estrené el año pasado en la Copa del América y que ya está más visto que las piernas de la Obregón.

Uff, y mientras tanto, las tiendas fashion de Valencia sacando novedades a tutiplén para ver si le venden algo a las ricachonas rusas, porque una vez admitida la crisis hasta por Zapatero, los de aquí no tenemos ni para tabaco; los restaurantes con reservas hechas desde hace meses; en los hoteles no cabe un alfiler, y hasta Casadecor, la feria de la decoración, abrirá justo antes del Gran Premio en el edificio Docks, al ladito del circuito urbano. ¿Se acercará Anita Aznar con su señor marido Alejandro Agag para redecorar su casa pija en el barrio londinense de Chelsea? ¿Elegirá Raquel del Rosario, señora de Fernando Alonso, interiorista para su nidito de amor en Asturias? ¿Veremos a Elisabett Gregoraci, casada con Flavio Briatore, eligiendo colcha con estampado de leopardo? ¿O al propio Flavio buscando ideas para la decoración de su club Billionaire en Porto Cervo? ¿Veré a Ana Botella intercambiando impresiones sobre azulejos de cocina con Nuria González, señora de Fefé?

Esto de que Valencia se parezca cada vez más a Mónaco me trae loca. No sé cómo organizar mi agenda para no perderme detalle, con tanto vip suelto por la ciudad. Lo mejor será establecer el centro de operaciones en la Plaza del Patriarca, si alguien sale de compras seguro que pasa por Hermès, Vuitton o Loewe. Y del shopping al Paddock Club, el sitio megavip para ver la F1. Allí da igual que caiga un sol de justicia, porque el espacio está acristalado y con aire acondicionado. Vamos, que no es lo mismo ver la carrera desde una tribuna 22, con 40 grados a la sombra a las 2 del mediodía un 24 de agosto, que fresquito en el paddock club, con servicio de catering y plaza de parking privado. Llegas como una señora, te sientas en tu asiento cómodo y pides que si un poquito de jamón o un vinito bueno para animarte, y ya pagará alguien, que eso del dinero es cosa de los que se han quedado afuera. Y cuando termina el Premio, te vuelves a tu hotel de cinco estrellas, llámese Hilton, Las Arenas o Westin, y te arreglas para salir de fiesta por la noche con un ejército de asistentes personales, desde peluqueras a maquilladores.

Y por la noche, ale, al desenfreno. Las fiestas de la Fórmula 1 son del estilo a las que organiza Flavio Briatore en su club Il Billionaire en Porto Cervo, Cerdeña, y donde se reúne gran parte de la jet set durante los veranos italianos: actores, jeques árabes, deportistas famosos, y por supuesto, modelos, muchas de ellas ex novias de Briatore: Naomi Campbell, Heidi Klum, Elle Macpherson, Eva Herzigova o la actual Elisabetta Gregoraci), diseñadores como Valentino, empresarios e industriales de éxito, herederas como Fiona Swarovski, músicos, y también millonarios rusos, como Tariko Roustam, propietario de Vodka Imperia. «Billionaire es más que un club, es un estilo de vida», decía Alessandra Cicogna, la jefa de prensa de esta discoteca. Bueno, pues nada, yo mañana me voy a trabajar duro, a ver si de aquí al sábado que viene me gano los seiscientos euros para entrar en la fiesta de Viveros o al Amber Lounge del Hilton, lo más parecido al Billonaire en Valencia.

4 comentarios:

D.Perfecta dijo...

¡Uf! Yo tampoco es que sea mucho de F1 (como muchos comentarios del post anterior). Nada, ya nos contarás qué tal... (y no trabajes muy duro) ;)

Gratistotal dijo...

yo no termino de ver el glamour de la formula 1, pero ya nos contarás

thesil dijo...

Yo tampoco veo mucho glamour en la F1, claro que yo he sido de las que tuvieron que pagar. Seguramente desde ese paddock maravilloso que nos hablas, las cosas se ven de otra forma. Suerte!

Marieta dijo...

Hola:
Yo estos días huyo de vlc, no pienso ni acercarme...
Podiais echarle un vistazito a mi blog a ver q tal..
Gracias