Todos los años, por estas fechas, los escaparates de las tiendas se llenan de vestidos de fiesta, ale brillos y lentejuelas a tutiplén. Yo no sé de dónde viene la manía de vestirnos de lentejuelas para las fiestas navideñas. ¿Acaso los hombres se ponen chaquetas brillantes, bufandas de plumas de marabú y zapatos dorados? Entonces, ¿por qué tenemos que disfrazarnos de cabareteras? ¿Quién dijo que un vestido de tirantes era lo ideal para la noche más fría del año?
Hija, pues mira no, yo por ahí no paso, he decidido que nunca más. Por mí, los vestidos de fiesta y lentejuelas han sido desterrados para siempre del armario, junto con los abrigos de piel, las medias de encaje y los tacones imposibles. A Dios pongo por testigo que nunca más volveré a enfundarme un traje con paillettes, ni aunque me inviten a una de esas fiestas glamourosas y megalujosas de fin de año.
Yo creo que todo es culpa de José Luís Moreno y su programa Noche de Fiesta, que me hizo odiar los vestidos de gala. Como consecuencia de ese trauma, ahora cada vez que me hablan de fiestas, pienso en esos peinados imposibles y esos vestidos horteras que lucían Norma Duval y Juncal Ribero y me entran ganas de largarme a una casita de campo con vaqueros y Barbour.
Y sin embargo, las fiestas de gala siguen teniendo sus adeptos, ahí están las que organizan los hoteles de cinco estrellas, como Palau de la Mar -240 euros con noche de hotel por persona- o el Hotel Westin -225 eurines sin noche de hotel-, ambas con el requisito de traje de gala. O el fiestón que han organizado los pijitos de Moddos -100 eurines el cubierto-, cuyo único requisito es vestir de etiqueta. Se celebrará en el restaurante Mar de Bamboo, en el Edificio Veles e Vents, y tendrá hasta photocall, ¡mira eso es una buena idea, así por lo menos inmortalizas el modelito!
Menos mal que además de las fiestas tradicionales, con esmoquin y traje largo, existen planes para los que prefieren los vaqueros al esmoquin. Ahí están las casas rurales, las escapaditas de fin de semana sin salir de España y hasta la cena en casa de un amigo, que además te sale baratita, baratita, aunque el anfitrión prometa no volver a prestar su casa nunca más.
Sin embargo, que no te vistas de fiesta no quiere decir que no vayas elegante a la par que sencilla. Se puede ir estilosa sin necesidad de sufrir los tacones ni pendientes de media tonelada de peso. Para eso están los suéters de cashmere, los vaqueros usados, los leggins de lana, los plumas estilo Moncler, los chaquetones de piel vuelta, tan abrigados, las botas de montar y las pashminas, que siempre dan un toque elegante a un look deportivo. Si a esto le añades un buen bolso shopping o unos guantes de piel, ¿quién quiere disfrazarse para ir a una fiesta?
Afortunadamente, todavía quedan tiendas para las que odiamos vestir de fiesta. TCN es una de ellas. En el escaparate, ni una sola lentejuela, sólo ropa cómoda y abrigada para pasar un día de vacaciones con poco maquillaje y mucho estilo.
Si ves una foto de Totón Comella, la diseñadora de TCN, entiendes perfectamente el planteamiento de esta firma. Totón siempre lleva camisas de algodón blancas y chaquetas de lana amplias, ropa cómoda para la vida que llevamos las mujeres hoy en día, pero a la vez femenina y siempre de calidad.
El escaparate de TCN no es el único que escapa a las lentejuelas, pero este año me he acordado porque ha tenido una idea genial: ha dibujado planos de las principales ciudades españolas con los sitios preferidos de la diseñadora e ideas para hacer planes durante estas fiestas: dónde tomar un buen brunch, disfrutar de un aperitivo, relajarnos con un spa o incluso un mercado donde comprar el mejor pescado y marisco. El plano-plan de Valencia –se puede pedir en la tienda- recomienda los Restaurantes Zacarías, Enópata, L’Ou, las tapas de Casa Montañana, el bar la Pilarica, la decoración del Mercader de Indias… Un paseo por el Mercado Central y pasar una noche en el Palau de Mar.
4 comentarios:
a mi me encatna el bling-blign, pero llega navidad y lo escondo todo, hasta el 6 de enero!
feliz año !
A mí me encantan las lentejuelas pero sólo si vienen al caso y, sobre todo, con mesura! Eso sí, también me va mucho el rollo sencillo con vaqueros y jersey de punto: el estilo no está en la ropa, sino en la persona. Feliz Año Nuevo, guapa!
¡Me encanta TCN!
Y, estoy de acuerdo contigo,no hay nada peor que lo que se oye en estas fechas: "ay, necesito ropa de fiesta (me hecho a temblar), algo que sea lucidor, con lentejuelas o brillos"
Y es que en Navidades las paillettes son más "lentejuelas" que nunca. Solo recuperan su dignidad y nombre afrancesado pasado Reyes. No se si me explico...
Ah Feliz Año!
Moá.
ui yo me iría encantada a una casita de campo con vaqueros y Barbour eh! jajaja, besos.
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