Pero en fin, corramos un tupido velo que en
El caso es que con la moda pasa un poco como con los toros: un torero no es figura hasta que no triunfa en las Ventas y un diseñador no es uno de los grandes hasta que no desfila en Cibeles.
Pues bien, este año la representación valenciana en Madrid ha sido de lo más nutrida: Dolores Cortés, que ya es veterana en estas lides, llegó después de desfilar en Miami con una colección de baño alegre, enérgica y sexy para el verano que viene. Color y estampados a tutiplén, como Francis Montesinos, que este año ha dedicado su colección a Ibiza, a
Quien no faltó al desfile de Dolores Cortés fue la modelo valenciana Mayte de
Bueno, y la sorpresa de este año en Cibeles ha sido el desfile de Elisa Palomino, otra valenciana que ha trabajado para Moschino, Dior, Cavalli… es vicepresidenta de Diane Von Fustemberg y acaba de desfilar en Nueva York con una colección años veinte que quita el hipo.
Total, que con tanta figura valenciana en las grandes pasarelas, puede que cualquiera de nosotras se vea un día con una invitación para ir a un desfile serio. Y entonces llega la sempiterna pregunta, ¿hija, qué me pongo? Porque claro, una no está preparada para algo así, allí codeándose con tanta fashion people, modelos altísimas y monísimas; peluqueros, maquilladores, estilistas y demás hombres con look y poses exageradamente afeminadas que parecen examinar hasta el tono del color de tus mechas.
Pues lo suyo es echar una ojeada al blog de Anna dello Russo, la editora de moda del Vogue japonés y dueña de un fondo de armario que ocupa un apartamento entero. Anna da los siguientes consejos: no mezclar distintos tonos de negro en zapatos, ropa o complementos, ya que cada material refleja el color de diferente forma; no llevar tejidos baratos o zapatos sucios porque los desfiles suelen ser por la mañana y la luz del sol deja a la vista todos los defectos de la ropa; usar poco maquillaje; jamás de los jamases llevar paraguas aunque llueva; vestir ropa de noche durante el día, no llevar bolsos grandes y si hay que elegir entre un buen zapato o un buen bolso, siempre un buen zapato con una pedicura perfecta; poco maquillaje si el desfile es matinal.
Doña Leti, que se acercó el viernes a la pasarela, siguió los consejos a pies juntillas: pantalón blanco, blusa rosa, poco maquillaje y taconazos. Ella, como es princesa y tiene chófer y guardaespaldas, puede dejarse el paraguas en casa, pero para el resto, vestir para un desfile en un día de tormenta es más complicado que ver mona a Belén Esteban, por no hablar del gasto inútil en peluquería.
Por cierto, para leer la edición nipona de Vogue no hace falta ir a Tokio. Tono Sanmartín siempre tiene el último ejemplar en su peluquería, y no es porque tenga clientas japonesas, no, es que para los amantes de la moda, el Vogue Nipón es una de las mejores ediciones de Vogue, incluso mejor que la italiana o la parisina. Que no se entienda el texto, es lo de menos, lo importante son las fotos, como en Hola.
1 comentario:
Me encantaría ver un VOGUE japonés, tienes razón, que una imagen vale más que mil palabras. Perfecta crónica, un abrazo.
http://ladybeautydiary.blogspot.com
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