Una de las grandes faenas de la vida es que nadie te deja el elegir el tiempo en el que toca está por aquí. El que más y el que menos siempre se ha cuestionado en qué otra época le hubiese gustado vivir. Un juego que suele tener trampa porque todos nos imaginamos siempre que en esa otra vida formaríamos parte de la élite social; nadie juega a ese juego imaginándose un esclavo del viejo Egipto o un juglar poco gracioso de la Edad Media.
Puestos a ser ricos, una de las épocas más atractivas es la Gran Bretaña victoriana. Con esos hombres desfaenados yendo de mansión en mansión a fumar puros, beber coñac y hablar de sus aventuras en las colonias. Y sus mujeres, sin otra cosa en qué pensar que en encontrar un buen partido para sus hijas y en el vestido que se pondrán para la recepción de los Kitchener.
El viernes por la noche, en el Palacio de los Marqueses deMalferit, hubo una fiesta de disfraces para recrear el esplendor de la India colonial durante el auge del imperio británico. El palacio de los marqueses está en la calle Caballeros, frente al Teatro Talía. Una gran casa señorial del siglo XV con un precioso patio empedrado donde vivieron los Borgia. Allí está la colección de soldaditos de plomo más importante del mundo, con más de un millón de piezas, que a una media de veinte euros la pieza, da un total de…
La fiesta la organizarosn Marc Insanally y Manuel Castillo, de El Café de las Horas. El dresscode era “imperio británico”, podías elegir entre la indumentaria tradicional hindú, el sari, o los trajes de noche de la aristocracia inglesa.
Entre el centenar de invitados hubo de todo, como en botica: mujeres perfectamente vestidas y enjoyadas con sari hindú, como Blanca Gadea Fitera y Mónica Piñones; caballeros ingleses que parecían sacados de una novela victoriana, como Javier Martínez Rubio, jeques árabes, escoceses con kilt como Alejandro Noguera, director del Museo L’iber… bueno, y el joyero Vicente Gracia, que iba de Patún de Afganistan, que sólo alguien como él podía ocurrírsele vestir con una prenda tan exótica. Fueron también Rocío Puchol-Quixal, Carvi Rodríguez, Esther Martínez Vilar, María Redondo, Coté Soler y hasta cien invitados.
La fiesta fue de lo más divertido que se recuerda por esta ciudad, no sólo por los preparativos, -no es lo mismo ponerte un vestido de cóctel que un sari indio- sino también por la puesta en escena: primero, aperitivo Rose Tea Royal, una exótica mezcla de té negro y cava aromatizado con rosas, música de jazz y swing de principios del siglo XX; después visita a la exposición de los soldaditos y cena india en el palacio de los arcos y para finalizar actuación de danza india de la Sunny Singh Dance Academy con gintonics de Bayswater y tónica Indi.
La semana ha dado para otros lujos más o menos exóticos. El jueves abrió en el Corte Inglés de Pintor Sorolla la nueva tienda Bulgari. Su director, José Luís Avilés, ejerció de anfitrión y presentó las últimas colecciones de la firma italiana, desde los anillos y collares serpenty, hasta los relojes Diagono y Bulgari. Los bolsos también son de locura, sobre todo porque Bulgari ha decidido centrarse en el segmento de lujo y cada vez tendrá más piezas exclusivas de fiesta y menos bolsos de trabajo.
Bueno y para piezas exclusivas, la colección de collares de Giacinta Carboni. Las presentó la semana pasada Rocío Bacharach y Lila Albanozzo en Il Baco da Seta, junto con las sandalias y bolsos a la carta de Weekend. Los collares son espectaculares, piezas únicas de alta bisutería engarzadas en Italia por una artesana de la toscana. La colección de collares estará en Il Baco da Seta hasta el próximo sábado y a partir de septiembre también en la joyería de Victoria Cercós.
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