El otoño tardío es una época tristona que anuncia un largo y
frío invierno. Es tiempo de nostalgias, propicio para los días en los que nos
ponemos plof, esa leve depresión
femenina que tras millones de años de convivencia sigue siendo un fenómeno
extraño para los hombres. El viento y los días cortos anuncian un invierno que
será largo y frío, para acabarlo de rematar, en lontananza se atisba la
Navidad: fiestas, cenas, saraos...y tú sin nada nuevo que ponerte. No puedes
esperar a las rebajas, porque para entonces ya será tarde, todo habrá pasado y
ya no tendrás adonde ir. Miras tu cuenta corriente, haces números y no hay
forma de cuadrarlos. Es entonces cuando de verdad te indignas con los
políticos, culpables de todos tus males. Ese odioso Montoro, con su sonrisa de
niño gamberro, te está arrebatando la vida. Te sientes como Scarlett O’Hara
cuando echó mano de las cortinas para salvar Tara. Pero, jo pe, tus cortinas no
dan para tanto.
De pronto, la buena de Escarlata ilumina tu mente: ella
repeló todo lo que pudo para hacer caja. Esa es tu solución: vender para poder
comprar. ¡Ja!, te levantas del sofá, hoy no habrá depresión, tienes otras cosas
en que ocuparte. En internet hay tiendas de compraventa de ropa, por lo pronto
ya es un consuelo constatar que no eres la única pobre de este mundo. Móvil en
ristre, te diriges a tu armario y empiezas a sacar fotos como una loca a todo
lo que no te pones. Luego lo vuelcas todo en internet: con eso podrás sacar
unos euritos y lo mejor de todo, tu marido no tiene porqué enterarse de nada,
así es que todo el dinero será tuyo. ¡Que sensación más maravillosa, es como
haberle birlado a Montoro!
Con tus cuatro euros en tu cuenta de ebay podrás comprarte
algo y ahora que has descubierto el mercado de segunda mano piensas: ¡qué demonios,
si Escarlata se puso unas cortinas, por qué no me voy a poner yo una chaqueta
hiper mega mona de segunda mano!. Y así acaba tu periplo: bienvenida al mundo
del rastro pijo.
Por cierto, Arantxa Botella, que fue de las pioneras en el
negocio, acaba de abrir nueva tienda de compra venta de ropa usada de lujo en
la plaza del Patriarca, ¡nada menos! Allí tienes desde abriguitos de piel de
Miu Miu hasta vestidos de Missoni y botas de Prada. ¡Quién nos ha visto y quién
nos ve!
La semana pasada ya empezaron los saraos prenavideños. El
jueves, la joyería Suárez presentó en el Hotel Astoria su nueva colección. Cari
Lapique, imagen de la firma, ejerció de anfitriona y posó en el photocall con
buena parte de los invitados, entre ellos Cuchita Lluch, los Martínez-Colomer,
Amparo Lacomba, los diseñadores Presen Rodríguez y Adrián Salvador (de
Siemprevivas), Isabel Cosme, Socorro Maldonado, Alfonso Pascual, Miguel Pastor,
Matilda Guerrero, Valentín Herráiz, Rosa Criado, Delia Barral, Eva Parra, María
José Navarro, Pilar Millán, Maribel Martínez y María José Albert.
Lo mejor de Suárez son sus perlas australianas, dicen que
son de los pocos joyeros con acceso las subastas de perlas en origen. La
directora de la tienda en Valencia, Yulia Shulyekina, se trajo al Astoria una
pequeña exposición de sus piezas más emblemáticas, por supuesto perlas
australianas, Tahití y Golden en todos los tamaños y formas.
El viernes también presentó su nueva colección el diseñador
Dragomir Krasimirov. Fue en el Centro del Carmen y al desfile acudió Carmen
Alborch y la modelo Minerva Portillo, además de muchos diseñadores valencianos
como Andra Cora, Enrique Lodares, Jaime Piquer, Noelia Navarro, Paco Fortea,
Tonuca, Rosa Palomares, Miguel Vizcaíno y María Cózar.
El diseñador búlgaro afincado en Valencia tiene una visión
muy dramática de sus colecciones, si la última estaba dedicada al holocausto
nazi, ésta tenía como argumento la Casa de Bernarda Alba, y lógicamente todas
las modelos iban vestidas de negro. Dragomir dice de su colección que es
compleja, intimista, lúgubre, andrógina y sin concesiones a la frivolidad. Este
chico no es la alegría de la huerta, pero hay que reconocerle el buen
patronaje, las formas arquitectónicas y los tejidos cuidados. Eso sí, sus
desfiles no son lo más apropiado para combatir la depresión del otoño tardío.
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