lunes, 24 de noviembre de 2014

Alaska en el Mercado de Colón

Hay tres formas de vivir el éxito. Una es la de quien lo espera eternamente, mientras vive como le pronosticó Nuestro Señor a Adán y Eva, con el sudor de su frente. Otra es el pelotazo, el golpe de suerte, por ejemplo el de quien teniendo buenos contactos en la Diputación de Valencia monta una empresa de bombillas led; es un perfil más del tipo Lázaro, aquel que se había muerto y ¡oh casualidad!, se encuentra con Jesucristo por la calle. La tercera forma de vivir el éxito es el de quien lo abraza y no lo suelta. Alaska pertenece a este último grupo. Desde allá por los ochenta, cuando los suéters de Privata. Nosotras bailamos “ni tú ni nadie” y nuestras hijas la siguen bailando, ¡esto sí tiene mérito y lo Pedro Marín y aquello de “Aireeee, aaaa, soy como el aireeee aaaa, pegado a ti…!
Alaska no es ni la más guapa, ni la más alta, ni la más delgada ni la naturaleza la ha dotado con una buena voz. Pero tiene algo que atrae más que ninguna otra cualidad: es genuina, coherente y muy lista. Este miércoles estuvo en Valencia pinchando en el Mercado de Colón. La contrató la firma Aristocrazy para la fiesta de inauguración de su nueva tienda en Jorge Juan. El caché de Alaska por hacer de DJ un par de horas no baja de 4.000, pero la mujer lo vale. Había que ver cuánta gente se acercó a por una foto, desde las más jovencitas hasta los cincuentones.
Alaska no pone la música típica de las discotecas. Pincha lo que quiere, temas de los ochenta como Soft Cell, Eurythmics, o Depeche Mode con I just can't get enough y las cuarentonas nos pusimos a bailar como posesas. Y luego intercaló temas suyos o de las Nancys Rubias y podría haber puesto a la Pantoja si le hubiera dado la gana. La inauguración comenzó en la propia tienda de Jorge Juan. Copita de Moët y muchas blogueras jovencitas con labios rojos y piernas largas.
Aristocrazy es una firma que lanzó la familia de joyeros Suárez para hacerse con parte del segmento joven del mercado, que además son los que más consumen. Se hacen llamar joyas pero están más cerca de los complementos, porque la mayoría son de plata con un baño de oro y hay piezas que cuestan poco más de una pulserita de los hippies de Xàbia. La joyería tradicional, esa joya que te compraba tu madre para que la heredase su nieta, vive sus horas más bajas. A las mujeres nos gusta renovar los anillos y collares tanto como los vestidos, de ahí que hayan surgido estas firmas, como Tous, aunque Aristocrazy es bastante más fashion. Los invitados fueron de la tienda al Mercado de Colón, al espacio que tiene Ricard Camarena en la planta baja.
Juan y Emiliano Suárez, de Aristocrazy y el Grupo Suárez, ejercieron de anfitriones, y acompañaron a los cinco socios de la tienda en Valencia: Daniel y Arantxa Pérez Pous, Carlos Busutil, y Noemí y Tamara Suárez. A la fiesta fueron más de 300 invitados. Adrián Salvador y Lucas Zaragosí, de Siempre Vivas, con su inseparable Greta Borrás, la diseñadora Marta de Diego con su hija, las hermanas Blanca y Laura Fitera, Carmina Durán de la agencia de modelos, Tamara Caravaca, Araya Frasquet, Nancy Tarrasó y Álvaro Cano (UKE), Rafa Alcón, de la Fundación Bancaja, y su hija Paula; Rosana Oliver, de Araventum, Bárbara Jiménez de la Iglesia, Carlos Pascual Jr, Elena Ravello, Rocío Andrés, Ana Brugger, Alfonso Roig, Patricia Bonilla, Marta y Paula López, Rafa Serratosa, Ana Varela y José Tamarit, de Chapeau; Eva Marcellán, Elena Meléndez, Angela Valero de Palma, Verónica Montijano, José Morales y Betto Handmade.

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