Semana de cenas
prenavideñas: las de los amigos. Es la primera fase, la más alocada y la que
más moviliza a la sociedad.
La Navidad es como un noviazgo. Primero el acercamiento, la
toma de posiciones. Eso son las cenas prenavideñas, la parte más divertida. Como
con en el coqueteo inicial, esas cenas son poco previsibles; no sabes si te lo
vas a pasar bomba o vas a pasarte la noche con ganas de que todo se acabe. La
segunda fase es la de las comidas navideñas, las de la familia. Son como el
inicio del noviazgo, ya estás puesta en faena. Todo es previsible: hay amor,
emociones, besos, regalos… Eres feliz y entre beso y beso te da un ramalazo
filosófico y piensas que eso es lo que llena tu vida y que todo lo demás es
prescindible. La tercera y última fase llegará después de Nochevieja, es la
consolidación del noviazgo. Si las cosas van bien, no quieres que acabe, no
quieres volver a la rutina del 7 de enero. Pero si las cosas van mal, si ya no
soportas a tu cuñada, es como si en el noviazgo el chico no ha cumplido tus
expectativas: quieres que todo se acabe, añoras tu soledad, la vuelta a la
rutina y a esperar confiando en que la próxima vez todo salga mejor.
Estamos en medio de la primera fase. Luces en las calles,
ganas de pasarlo bien, “vuelva a casa vuelve”, cenas con amigos. La sociedad se
moviliza, saca lo mejor de sí misma. Eventos benéficos, rifas, mercadillos…
Uno de esos eventos ha sido el quinto desfile benéfico de
Brotocó y Amparo Chordá en el Ateneo Mercantil. Fue el jueves, en el salón
Stolz.
Brotocó presentó su nueva colección de complementos que se
llama Petit Trianon, como el palacete que regaló Luis XV a María Antonieta. La
colección se completó con diseños de Jaime Piquer y unos vestidos pintados a
mano por Juan Andrés Mompó y José Marti. Las pamelas que lucieron las modelos
eran de Carmen Díaz, de La Oca, y el broche final del desfile lo puso Amparo
Chordá, con su costura para ocasiones muy especiales.
“En una pasarela lucen las piezas que derrochan glamour y
costura, por eso seleccioné piezas muy femeninas: un mono de seda con chaqueta
blazer para un cóctel, el vestido mini con la falda rizada y cuerpo bordado, un
traje de gasa metalizada en rosa con cuerpo bordado, y un traje negro y gris
con la estola de pluma en blanco y negro, sofisticada y versátil, ya que se
puede quitar y poner”.
La recaudación se destinó a la Asociación de Familiares del
Alzheimer en Valencia y colaboraron Judith Mas Fenollar y Tono Sanmartín, que
ejercieron de presentadores; Carmen Durán, que puso a las modelos para el
desfile; Tomás Salcedo, autor de la peluquería y el maquillaje; también Teo
Garrido, que vistió a Judith, y Juan Andrés Mompó, que cedió un vestido en rojo
y amarillo, los colores de la gala.
Más de 250 personas asistieron a la gala, entre ellas la
presidenta del Ateneo Carmen de Rosa, con su hija Carmen Sancho, Amparo
Lacomba, Elvira Ferrer, Almudena Ripoll, Ascensión Roca, Pilar Azorín, Marita
Zaragoza, María Luisa Aznar, Helena Calvillo, Marian Ferrer, Encarna Sancho,
María Dolores Pérez Lis, Amparo Tarazona, Amparo Ferrando, Gema Ros, Macuchi
Martínez, Carmen Selva, Encarna Roig y Mariángeles Miguel, el presidente del
Colegio Mayor de la Seda Vicente Genovés, Teresa Arguelles, Silvia Roldán,
Pilar Pérez, Maru Berenguer, Irene Porcar, Yolanda Pascual, Pili Alambra,
Amparo Ruiz, Celia Barberá y Toña Ferrer. También Laura Fitera, María José
Duart, Mayte Montagud, Mari Carmen Pocoví, Marisa Torrijos, Chelo García, Rosa
Criado, Belén Fernández, Susana Primo, Pilar Ferrer, Julia Alonso, Pilar
Lorente, los diseñadores Teo Garrido y Jaime Piquer, Arturo Torremocha, Juan
Rodríguez y Jaime Navarro.