Por más que los diseñadores de moda se empeñen en que todas
seamos altas y delgadas, la verdad es que cada una somos de nuestro de nuestro
padre y nuestra madre. Ellos querrían que todas tuviésemos las piernas largas,
la cintura estrecha, el pecho discreto, los hombros esbeltos, los labios carnosos
y la mirada fría. Pero nosotras somos como somos, y nos hay dos iguales; la que
tiene las piernas largas se queja de que no tiene cintura, la que tiene cintura
protesta porque le sobran caderas. La que se ve bien de cuerpo, se ve mal de
cara y las hay que se quejan hasta del tamaño de los dedos de sus pies que
sobresalen demasiado en cuanto se pone sandalias. Y todo eso sin entrar en el
pelo, que desde que Eva se comió la manzana no ha habido descendiente suya que
no haya soñado con tener un pelo distinto al que le dio su madre.
Por eso, cuando una se la juega de verdad, cuando quiere
estar perfecta, tiene que recurrir a la costura. Al sastre de toda la vida, que
te toma medidas para sacar partido a tus encantos y esconder tus defectillos.
Por eso el gremio artesano de sastres y modistas sobrevive a toda esta
modernidad manufacturera, con todo su marketing y sus millonarias inversiones
en publicidad.
Esta semana, el Gremio celebró su segunda semana de la
costura en el Ateneo. El salón Stolz se convirtió en una pasarela donde
desfilaron las colecciones de Higinio Mateu, Luis Rocamora, Vera Atelier, Jorge
del Buey, las colecciones infantiles de Greta y Kianty y los complementos de
Brotocó.
En los desfiles estuvo la presidenta del Ateneo Mercantil, Carmen
de Rosa, el Maestro Mayor del Gremio Fran Tochena, los diseñadores Luis
Rocamora, Javier Soria, Teo Garrido, Julio Vera, Rosa Blasco, Beatriz Fornals,
Judith Mas, Ruben Domínguez, la indumentarista Amparo Fabra, Beatriz Perla,
Mónica Fuero y Esperanza Ramón. Además, el desfile infantil de Greta contó con
modelos de excepción como la FMIV 2016 Sofía Soler, y con la periodista Laura Grande como
presentadora.
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