Nos han birlado medio verano, con estas nubes este frío impropio del estío Mediterráneo. Eso está bien para el norte donde pasas las vacaciones pertrechada en rebecas y chubasqueros; donde el mar se mira pero no se toca so pena de congelar nuestras estilizadas piernas. Aquí somos más de sudar y de mezclar el sudor con el protector solar hasta crear un mejunje brillantoso que realza nuestro hermoso bronceado. Luego, por la noche, soportamos el frio glaciar que nuestros maridos provocan artificialmente en la habitación. Así es que, si nos quitan el calor, nos dejan descolocadas y con el fondo de armario veraniego inservible. Total, una injusticia que no nos merecemos. Esto debe de ser cosa de Montoro para que nos quedemos en casa y no aumentemos la deuda.
Porque, claro, el frío cercena nuestra vida social estival porque lo que apetece es ir de chiringuitos y queda mal plantarse allí con paraguas y chubasquero, que ahora son sitios finos que nada tienen que ver con el olor a fritanga y a cerveza rancia de los años de Georgie Dann. Ahora tienen menús de restaurante pijo, camas balinesas y decoración de lo más estilosa. Y algunos están en el top de las terrazas de verano, como La Siesta, en Xàbia, que ha sido elegido como uno de los mejores de España por una conocida marca de ginebra.
El jueves, otro de los chiringuitos con más solera de Xàbia, Montgo di Bongo, puso música en directo en la terraza con un concierto Copa Ilustrada, el grupo que montó Javier Botella un buen día que decidió cambiar de vida profesional y dedicarse a su verdadera pasión: cantar temas clásicos de jazz y swing. Javier es de esos cantantes que gustan a varias generaciones, madres, hijas y hasta nietas de ahí que el auditorio fuera de lo más variado: Esperanza Vila con su hermana Cristina, Elena Gutiérrez, Mariola Dolz, Elías Azulai y Sofía Casas, Pablo Nebot y Nanda Gómez, Javier Pérez de Lucía y Mayte Burgos, Clara Payá Isabel Aliño, Luis Lluch y Fran Vila y muchos amigos de Carlos Gómez de Insausti, el dueño de Montgo. También estuvo la flamante presidenta de la Academia Valenciana de Gastronomía, Cuchita Lluch, con su novio Juan Echanove. Cuchi lleva años veraneando en Javea pero este año no para en torreta: de Menorca a Buñol, luego a Tarazona, donde el actor recoge un premio, y luego al festival de Mérida.
La banda de Javier Botella tampoco descansa, está recorriendo la comunidad Valenciana como un político en campaña. El jueves hizo doblete en Montgo Di Bongo y el Blues bar de Dénia, luego se fue a Benicassim, a Villa del Mar, otra vez de vuelta a Alicante a Casa Santonja y mañana estarán en Puebla de Farnals en la terraza Hossegorpool. Pero que nadie se equivoque, la mejor terraza de playa que hay en los alrededores de Valencia es la del Hotel de la Playa, a pocos metros del puerto.
Cocoro Beach es otro de los chiringuitos imprescindibles del verano. Hay dos: uno en Beniarbeig, en la Cala del Moraig, y otro en Cala Mascarat, en Altea, muy cerca del Puerto deportivo de Campomanes. Precisamente en el puerto de Puerto de Campomanes, Pilar Carbonell organiza otro it market con Amina Basáñez del 21 al 23 de agosto, que todavía queda verano e igual hay que reponer un kaftan o una cesta de playa.
Más al sur, en la playa del Carabassi de Alicante, frente al mar, está el Beberly Fieldman, el empresario Paco Gil, Patricia Quesada, Felipe González (el arquitecto, no el ex presidente), Héctor Dorado de la empresa Vectalia, el ingeniero de fórmula 1 Adrián Bertolín, Oleg Chubin (Inmo the best) y una buena representación de la comunidad rusa en Alicante, entre ellos los empresarios Oleg Zuvralov y Sergei Kaparem, fundador de Caviar Riofrio. Como anfitriones, Ángel Pamíes y Lola Machado.
Club Med Arenales Sound. Allí el jueves la revista Russian Inn celebró su segundo aniversario con una fiesta a la que acudieron más de ochocientos invitados, entre ellos la diseñadora de calzado
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