Hay que ver la de cosas que
pasaron en Xabia durante los años sesenta
setenta. Mientras nosotras cambiábamos los pañales de nuestro Nenuco y
soñábamos con vivir alguna aventura como las de Pipi Calzaslargas, allí se asentaban
los abuelos de quienes hoy son de “Xabia de toda la vida”: familias bien de
Valencia y mucha gente del entorno del Opus Dei que huían del despelote de
otras playas a las que habían arribado las suecas y alemanas con prácticas poco
recomendables. Pero ellos no fueron los únicos que colonizaron las calas
xabienses, también hubo un considerable movimiento hippy, de hecho hay quien
asegura que el movimiento del flower power entró en España por Xabia y no por
Ibiza.
Harris Sportes organiza cada año una fiesta hippy en su
discoteca, La Hacienda. Él vivió aquello: “Los americanos habían descubierto
Javea y La Plana cuando atracaban sus skippers en el puerto. Buscaban la
tranquilidad y la encontraron en el Cabo de San Antonio. Venían con dólares y
compraban terrenos en La Plana cuando el metro cuadrado costaba una peseta.
Trajeron también muchas sectas hindúes, como los hare krishna, buscaban un
oasis donde nadie les molestase y sus casas eran sencillas. Pero cuando empezó
a llegar el turismo, se marcharon a Ibiza en busca de tranquilidad y cuando la
isla se masificó, se largaron a Oriente Medio”.
Jo pe, debía tener su gracia aquella convivencia. Mientras
los hippies se entregaban al amor en las calas, los amigos del Opus Dei
construían su iglesia en el Puerto y los pescadores, auténticos xabienses de
toda la vida, se preguntaban qué hacer con su futuro: dejarlo todo e irse a
vivir en comuna, dejarlo todo e ingresar en un monasterio, o dejar la barca y
construir apartamentos…
Cincuenta años después, nada es lo que era: los hippies ya
no luchan contra la propiedad privada y los del Opus ya no se escandalizan por
ver un bikini. De aquello nos queda la Iglesia del Puerto, abarrotada los
domingos de agosto, y algo de la estética hippie, que se ha colado hasta en los
fondos de armario de las familias más conservadoras del lugar: kaftanes
estampados de algodón y lino, sandalias planas, bolsos rafia, paja y collares
de cuentas que parecen recién traídos de la India o hechos a mano por uno de
aquellos bohemios colonizadores del Cabo de San Antonio. Según Alejandra
Montaner, que de moda ibicenca sabe un rato y que viste en más de una ocasión a
la actriz Paula Echevarría, que en la Comunidad Valenciana las mujeres vestimos
en verano de forma distinta a otras regiones: muchas marcas de Ibiza, tejidos
naturales, sedas, algodones y vestidos cómodos y fresquitos que puedes llevar
por el día para tomar heladito y por la noche vas de lo más mona con cuñas y complementos.
El viernes, La Hacienda celebró su fiesta hippy con música
de Janis Joplin, Beatles, The Doors, Eagles, Carole King o Fleetwood Mac y la
presentadora Cristina Tárrega celebró su fiesta de cumpleaños con el DJ Santi
Martínez. El viernes que viene actuará allí Antonio Carmona de Ketama y el
siguiente el grupo The Tweeters.
Por las fiestas de verano de la Hacienda se deja ver gente
como Alfredo Bataller, de Sha Wellness, Fernando Aliño, Miguel de Vicente, el
históricos relaciones públicas Pichi Ferris, Ragel Beltrán, Alfredo Alapont,
Ricardo Sanchís o Haf Ida. Y cualquiera de nosotras, que ya tenemos a los niños
criados; ellos se van al Arenal y nosotras queremos bailar sin que nos coarte
la mirada de ninguna veinteañera minifaldera luciendo lo que nosotras lucíamos
hace veinte años y que ya nunca volveremos a lucir. Y ellos no hacen esos
ridículos corrillos en los que pasan revista a todas menos a ti y a tus amigas.
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