lunes, 30 de mayo de 2016

Palo Alto Market

Palo Alto Market es un mercadillo de estos que están tan de moda en las ciudades cosmopolitas, los street markets, versión evolucionada del mercadillo de toda la vida con sus puestos de ropa, comida y bisutería hecha a mano. Todo muy alternativo, con un toque hippy-comprometido-ecológico-meencantamonicaoltraynoaguantoarajoy. Está en Viveros, abrió el viernes y cierra esta tarde. Cobran una entrada de tres euros (niños gratis).
Una vez dentro la imaginación viaja en el tiempo y se vuelve medio loca porque no sabe si va hacia el futuro o es un retorno a la edad media. Tenderetes con ropa marca “el que lo ha hecho”, verduras ecológicas, miel, bares alternativos, artesanía… Y es entonces cuando te preguntas ¿y si fuese verdad que otro mundo es posible? Vivimos una vida basada en la competitividad, hay que ser el mejor, siempre el mejor, trabajar más, producir más, ser más eficaz, currar, currar y currar. Pero, ¿de verdad no hay alternativa?, ¿Y si todo esto fuese solo una estrategia de las grandes compañías multinacionales para tenernos subyugados?, ¿Sería posible volver a un modelo en el que cada uno produjese de forma artesanal aquello que sabe hacer?, ¿Es necesario que para hacer un par de zapatos haya que montar una cadena de producción con cientos de trabajadores, en la que cada uno aporta sólo una doceava parte del trabajo que se necesita para hacer el zapato? Eso, como decía Marx, deshumaniza el trabajo porque tú no eres un zapatero, sino un clava clavos.
¿Tenemos que estrenar ropa nueva cada semana y por eso buscamos prendas baratas producidas en la chimbaba por gente a la que nunca conoceremos?, ¿Necesitamos tantas cosas para ser felices, lo que nos obliga a producir más para poder pagarlas?
¡Buaa! ¡qué comida de tarro!, que vengan Joan Ribó y Mónica Oltra a echarme una mano que me estoy volviendo loca, no sé si me ha sentado mal el desayuno o si realmente he encontrado por fin la luz, he salido de las tinieblas capitalistas y me encamino definitivamente a la felicidad. Dice Paula Mariscal, sobrina de Javier Mariscal y directora de Palo Alto, que la idea del mercadillo es dar cabida a un nuevo modelo comercial alejado de las grandes marcas. Los que quieran exponer tienen que ser productores locales, artesanos que producen lo que venden en pequeñas cantidades y con criterios de calidad. Ni qué decir tiene que el Alcalde Joan Ribó, que visitó el mercado el viernes, estaba encantado con la iniciativa, que se ajusta como un guante a su planteamiento de un mundo distinto en el que el pequeño comercio pueda hacer frente a las grandes multinacionales. Palo Alto Market nació en Barcelona y fue una idea de Pedrín Mariscal el hermano de Javier Mariscal, que montó un mercadillo alternativo en los jardines junto a su estudio en Palo Alto. La idea tuvo tanto éxito que abre el primer fin de semana de cada mes y ahora ha probado suerte en Valencia. A Pedrín los viejos del lugar lo recordarán por la firma Tráfico de Modas, que tenía tienda en Valencia en los años noventa en la calle Sorní y vendía ropa de lo más moderna. El mercado está muy bien montado. Hay música en directo, fruta ecológica, food trucks (comida en furgonetas), teatro, diseño, bolsos y mochilas artesanales, ropa confeccionada en pequeños talleres, piezas vintage, arte (expo de Paula Bonet), exposiciones de moda, cerámica y editores independientes de cómics, libros de arte, moda y música…
No hay que perderse el espacio de Sonia Carrasco, una diseñadora valenciana que trabaja con el equipo de Alexander Mcqueen, ni tampoco las gafas de sol y relojes de Komoro, una firma con un diseño súper chulo a precios muy ajustados que también tiene Alejandra Montaner en su tienda.

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