A veces una se cuestiona si el feminismo es buena idea. Ves
en las películas a quienes podrían ser nuestras abuelas dejándose cortejar por
quien podría ser nuestro abuelo. Él, babeando y en tono servil, le dice:
“¡Ahhh!, me haría usted el hombre más feliz del mundo si me permite visitarla”.
Y ella, altiva y sin moverse de la silla, le dice: “Recibo los miércoles”. Y
allá que se iba él, ilusionado como un niño la mañana de Reyes. Luego ella no
tenía otra cosa que hacer en toda la semana que preparar la recepción. Las
flores, la mantelería de hilo, el menú, y hasta el lugar donde se tomaba café. Ahora
todo eso se ha terminado. El tipo que te corteja se pone pesado en medio de la
calle o te dice que quiere algo contigo vía whastapp. Y lo peor de todo es que
nuestras hijas lo ven normal. Y a ti te dan ganas de coger el móvil y decirle
al tipo de turno: ¡Por Dios, hijo, esas no son formas!
Aquellas recepciones eran mucho más que la vía para darle
esperanzas a tu galán. Eran una forma de relacionarse socialmente mucho más humana
que un encuentro en una discoteca o en un restaurante. Mucho más laboriosa, eso
sí, porque además de los arreglos, había que seleccionar los invitados cuidando
que no hubiese nadie peleado con nadie, que tuviesen algo en común para que la
tertulia fuese armónica e incluyendo a alguien nuevo para que no sean siempre
los mismos. Previamente se habían elegido temas de conversación amenos y que no
despertasen disputas y el contar con algún invitado capaz de animar la velada
en caso de que decayese. ¡Todo un arte!
Todavía queda gente que domina ese arte. Mayrén Beneyto es
una de ellas. Esta semana invitó a un grupo de amigas a una comida en su casa
sin más motivo que celebrar el mes de las mimosas. Sacó la mantelería con
dibujo de mimosas, a juego con las servilletas, y preparó un menú con toques
amarillos: ensalada con maíz, arroz al horno y fruta con helado. “Mi madre
todavía lo hubiese trabajado más, habría sacado un pescado con alguna salsa de
color mostaza, pero yo he preferido algo más casero y sencillo”. Todo estaba
perfectamente armonizado. La vajilla tenía el filo dorado y los vasos para el
vino eran de color verde. “Me desperté a las dos de la madrugada anoche y se me
ocurrió que los pondría de ese color”. La comida fue solo de chicas. Las
afortunadas fueron la nuera de Mayrén, Eva Marcellán, las periodistas Maite
Sebastiá, Angela Pla y Elena Meléndez, Vicen Fernández y Ana Varela. De lo que se habló
durante la comida, sobre todo en la sobremesa después de dos copas de champán,
mejor no contar nada.
También el académico Ballester Olmos recibió esta semana en
su casa. “El día era de demonios y un grupo de amigos le plantamos cara en casa
con alegría interior y el buen humor en el ánimo, el gesto y la frase.” Allí
estuvo el general Juan Montenegro y Lucía Zaragoza, el Capitán de Navío Ignacio
Villarrubia y María del Mar, el Coronel Luis Felipe Guerra y Mercedes
Hermosilla, y los hermanos de la Orden del Santo Sepulcro Vicente Aguilar y Toña Játiva. Hubo buena conversación,
anécdotas, risas y hasta temas culturales.
Definitivamente recibir así es propio de otra generación. La
nuestra bastante hace con encontrar un hueco para cenar con las amigas en algún
restaurante.
La semana dio para más reuniones de amigos, bueno mejor
dicho de amigas. El grupo de Verónica Montijano, Esther Barrera, María José
Lladró, Julia y Cristina Pérez Broseta, Luz Aguiló, Marcari Yuste y María
Dolores Enguix comieron juntas en Rausell sin más motivo que estar juntas un
rato, más que suficiente.
Fueron cincuenta amigos, entre ellos
Juanjo Company, que cocinó una paella gigante, la campeona de aerobic Vero Más,
la productora de TV Inma Martínez y Loles Ruiz. Además estuvieron sus amigas
del Club de Tenis: Rosa Gracia, Paloma Piñeiro, Inma Roselló, Soraya Ródenas,
Beni mascaró, María Hidalgo, Carmen Amador, Carmen Martínez, Marian Mora, Nati
Altarriba, Rosa Herrero, Marisa Pagán, Eduardo Comes y Paco Serra. La fotógrafa
Paula Rincón de Arellano fue con su marido César, Gemma, Sonia y Silvia
Mayordomo, la periodista Angela Valero con Juan Llorens, Juan Carlos Solera, el
fotógrafo Eduardo Peris, el enólogo Rodolfo Valiente, el estilista Rafa Moreno
con José Alandés y Mónica Moreno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario