martes, 6 de febrero de 2018

Febrerillo el loco

Febrero es un mes loco en el que no sabes si te tocará sacar el plumas o la rebequita de entretiempo. A priori parece el mes más tristón del año, pero en realidad es cuando la vida social empieza a renacer del letargo postnavideño.
Cuando vas a pasar un par de días a uno de esos pueblos perdidos en la montaña, te imaginas cómo sería allí tu vida. Entonces piensas, ¿qué haría yo aquí un martes de febrero? Y te ves a ti misma encerrada en casa, con el mismo chándal día tras día, sin razón alguna para salir. No hay tiendas, excepto el ultramarinos, ni peluquerías, ni cines, ni na de na. Sólo frío, noches largas y una interminable comida de tarro sobre la insoportable levedad del ser. Tu Pepe está por allí flipando, en el monte o en el bar, intentando entablar amistad con los lugareños. Se le ha despertado ese instinto troglodita que todos llevan dentro, por el que añoran su época de cazadores de mamuts. Tú miras al coche y piensas, “espero que mañana arranques y te portes bien hasta Valencia”.
Pues en esas estamos, en medio de febrero. Y no es tan fiero como lo pintan. Los días alargan, las fallas están a la vuelta de la esquina, las tiendas empiezan a traer las colecciones de verano y la ciudad despierta del letargo en el que se había sumido tras la Navidad. Esta semana ya se ha notado. El miércoles hubo una entrega de premios, el jueves se inauguraron varias exposiciones y el viernes dos eventos benéficos, uno en el Ateneo y otro en el Hotel Ayre Astoria. Ni que decir tiene que cualquiera de estas citas pone en marcha la maquinaria. Hay que coger hora con el peluquero, con la esteticista y pasar por un par de tiendas a ver si queda algún vestidito mono de la temporada anterior que te puedas llevar al 60 por ciento, que rascando de aquí y de allá todavía puedes hacer ese gasto.
La primera cita fue el miércoles. El actor Nacho Fresneda recibió el Premio de les Arts Vicente Monfort de la Falla Paseo de la Alameda-Avenida de Francia de manos de la fallera mayor de Valencia Rocío Gil y con toda la directiva de la falla: sus falleras mayores Arantxa Marqués y Claudia Fernández, el presidente de la falla Manuel Cabrera y el presidente infantil Jorge Blanquer, además de la Regina del Jocs Florals Mónica Duart, el escultor del premio Alfonso de la Ossa y un montón de gente del mundo fallero.

Al día siguiente, la Galería Shiras inauguraba temporada con una exposición de Guerrero Tonda. Allí estuvieron las hermanas María José Albert y Marieli, Cristina Roig, Mensi Guerola, Ana Joudi, Encarna Roig, Pilar Millán, Teresa Nuez (del Rotary Center), Carolina Sahakian, Paloma de Miguel, Carmen de Miguel, Mariángeles Miguel, Pepe Cidoncha y Susana Pérez, el crítico Martí Domínguez, Alejandro Bethancourd, Noël Ribes, Violeta Garín y los artistas Horacio Silva, Ximo Amigó, Javier Chapa, Sebastián Nicolau, Nuria Rodríguez y Rosa Torres.
Muy cerca, en el Hotel Eyre Astoria, se celebró el jueves una cena benéfica organizada por la asociación Sabor Empresarial a beneficio de Casa Caridad a la que fueron más de 300 invitados.
La cena fue en la terraza y el evento fue presentado por el periodista de Antena 3 Carlos Villán. El presidente de Casa Caridad, Luis Miralles agradeció la cooperación de las empresas para llevar a cabo acciones sociales y el presidente de la asociación, Antonio Jordán, se comprometió a repetir el evento el año que viene.
Al cóctel fueron empresarios como Iker Marcaide, Manuel Peris, Jose Vicente Villaverde, Lucía Asensio, el periodista Vicente Ordaz; la capitana del Valencia CF femenino, Ivana Andrés; el director del hotel y anfitrión Joan Soldevila, La pareja de periodistas Alberto Gil y su mujer Carmela Navarro, Amparo Gonzalez-Fontana, Angela Valero de Palma, los hermanos Gonzalo y Cristina Bayona, Sergio Montesinos, Desireé Clari, Diana Resurrección, el Padre Mario, director de Cumbres School, Guillermo Zarranz y su mujer Mercedes Adiego, los interioristas Mateo Climent y Sigfrido Serra, Fatima Zamorano, Julio Alonso, Manolo Peris y Patricia Montoro, Javier Carpi, María Vilana, Maria Cosín, Jose Samper, Modesto Granados, Jose Luis Boix, Julio Pascual y su mujer Paula Bernal, Maria Angeles Fayos, la pareja de notarios Jose Manuel Rodrigo y Elia Giner, Juan Carlos Muñoz, Jorge Barbera, el abogado Javier Ortiz, el constructor Antonio Sanz, el matrimonio Juan Millet y Paula Seguí, el arquitecto Ruben Muedra y Vicente Andreu, entre otros.
Esa misma tarde, el Ateneo Mercantil acogió otro evento benéfico. Esta vez un desfile de moda de Boovier, la firma creada por Susana Bort. La firma se dio a conocer entre el mundo de las fallas cuando la FMV de 2016, Alicia Moreno, llevó uno de sus vestidos el día que recibió la llamada en su casa por su nombramiento. Desde entonces, muchas falleras de la corte confían en ella para ocasiones especiales. Susana además forma parte de la ONG Mamás en acción, una asociación en la que sus socios ejercen de mamás y papás por unas horas para aquellos niños que no disponen de la cercanía de sus familias, ya sea porque están en centros tutelados o en hospitales donde sus familias no pueden acompañarlos. La recaudación del desfile fue íntegramente a esta asociación.
Entre el público, estuvo la presidenta del Ateneo Carmen de Rosa, su hija Carmen Sancho, Salomé Correll, que cedió sus joyas para el desfile y Sonia Remohí, que presentó en el desfile su colección de ropa de arras y que este año ya ha vestido a la fallera mayor infantil Daniela Gómez, y muchas que han formado para de las Cortes, como Amparo Requena o Amparo Carbonero. Además estuvieron Leonor y Esther Barrera, Laura Guardiola, Cristina Estevez, Silvia Cosmes, Marifina Fuster y Carlos Pamplanco.

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