martes, 3 de diciembre de 2019

Siempre nos quedarán nuestras modistas


La globalización tiene sus más y sus menos, sino que se lo cuenten a los sesudos economistas, politólogos, sociólogos y demás, que han encontrado un filón para comerse el tarro y escribir libros. Pero tiene consecuencias mucho más mundanas que nos afectan a todas. La más evidente es que las tiendas son las mismas en la calle Colón de Valencia que en los Campos Elíseos o en Trafalgar Square. Eso tiene sus más y sus menos. Se les acabó a las parisinas eso de pasearse por el mundo luciendo modelos que nos ponen los dientes largos y por los que estaríamos dispuestas a vender en el rastro todos los trajes de nuestro Pepe, total, son todos iguales y cada vez se los pone menos, con dejarle uno va que chuta. ¡Muy mona, chica parisina, vas monísima de la muerte, pero ese modelito lo vi la semana pasada en la Calle Jorge Juan y pasé de él porque vi otro que me gustaba más!
Eso, que de entrada puede ser una de las consecuencias positivas de la globalización, en la que no han reparado los sesudos politólogos, también es un inconveniente. Cada vez es más difícil ser exclusiva. Si quieres ser la única, la elegida, la más in de entre las in, sólo te queda ir a una modista.
Afortunadamente, en Valencia andamos sobradas de costura a medida. Aquí hay modistas que te cosen un vestido de clavariesa con una maestría y un saber hacer que ríete tú de las parisinas. Amparo Chordá es una de ellas, pero son muchas: Marta de Diego, Isabel Sanchís, Presen Rodríguez, y también hombres: Valentín Herráiz, Enrique Lodares, Alejandro Resta, Carlos Haro o Luis Rocamora.

Esta semana se celebró en el Ateneo la IV Semana de la Costura organizada por el Gremio de Sastres y Modistas que preside Fran Tochena. El lunes desfiló Isabel Serrano, una jovencísima diseñadora de Picassent y entre el público estuvo Hortensia Herrero, Amparo Fortuny, Alfredo Esteve y Carmen Durán, la indumentarista Victoria Liceras y la FMV de 2018 Rocío Gil. También estuvo el diseñador Ramón Gurillo, que es de Picassent aunque vive en la Cerdanya desde hace unos años.
Las jornadas siguientes desfilaron Julio Vera, con su firma Vera Atelier, la firma de niños Kianty, Dolores y Miguel de Cruces. Entre el público, Carmen de Rosa, la FMV de 2019 Marina Civera, Laura Fitera, Toña Ferrer, Pía Sevillano, Ana Pedrosa, Concha Tárrega o Remedios Peiró.
Lástima que la pasarela no tuviese a todos los nombres importantes de la costura valenciana. Como dice el diseñador Miquel Suay, “aquí no nos juntamos ni a palos; basta que uno proponga algo para que los demás desaparezcan”. Dolores Font Cortes y Amparo Chordá. Contó que la moda es un atractivo turístico como la gastronomía y que en algunas ciudades como Amberes existen rutas para conocer los talleres de los diseñadores y que es una pena que en Valencia no hagamos lo mismo.
Suay participó en un desayuno para hablar sobre moda junto a las diseñadoras

Y hablando de gastronomía, Quique Dacosta inauguró estos días un nuevo espacio para eventos y montó una fiesta de lo más glamourosa con el catering de su firma, música en directo y un grupo de invitados de lo más selecto, entre ellos Adela Perelló, Esther Pascual, Sonia Mora, María José Panadero, Esther Barrera, Leonor Rodríguez, Carmen García Quijada, Cinthia Gorgonio, Beatriz Pechuán, José Mª Medrano, Mariló Marmadeu, Arturo Visus, Maica Hurtado, Marta Valls, María Albero, Ignacio Michavila y Juan Blasco, Juan Luis Millet, Patricia del Rio, Mª Carmen Martín, Quique Herrero, la empresaria Mª José Félix, Alberto Herrero, Begoña Aguirre, Charlie García Cobaleda, Ramón Biforcós y Sally Corell, Maria Cosín y Mario Mariner. No faltó María José Lladró, que ha alquilado el espacio a Quique Dacosta, y las hermanas Cuchita y Begoña Lluch, mano derecha de Dacosta.

Esta semana también estuvo en Valencia Vicky Martín Berrocal presentando su nueva colección de novias junto al diseñador Roberto Diz. Y por si fuera poco, Paula Alcón inauguró su Cool Market arropada por su padre Rafael Alcón y un montón de amigos.