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lunes, 21 de octubre de 2013

Un jueves de locura

El Ayuntamiento de Valencia debería crear una agenda para coordinar los eventos que se celebran en la ciudad (la idea se la he robado a Josep Lozano). Así se evitaría lo del jueves pasado, que coincidieron a la misma hora un cóctel de la clínica Dermilaser y la joyería Antonio Romero, una cata de champagne en la tienda de Verónica Montijano y José Luis Vilanova, la inauguración de la nueva tienda Aïta en la calle Sorní, la gala del premio Aguja Brillante a Juan Andrés Mompó y la visita de Carla Royo y Sandra Ibarra para el encendido de las luces rosa del Ateneo Mercantil con motivo del día del cáncer de mama. Todo eso el mismo jueves y casi a la misma hora que el presidente Fabra celebraba su puesta de largo del manifiesto de la sociedad civil en el Veles e Vents, con Cristina Tárrega de invitada estrella, lo que provocó una auténtica guerra civil entre partidarios y detractores de la mediática Cristina. A un lado, el 99 por ciento de la sociedad, al otro sólo quién tomó la decisión de elegirla.
Hasta que el ayuntamiento (o quien se preste) ponga un poco de orden, iremos locas de un sitio a otro para no perdernos ninguna cita. Es lo que le pasó a Alicia de Miguel, que hizo una primera parada en el cóctel de Antonio Romero y Dermilaser en el Astoria y se fue corriendo a la cata de Verónica Montijano con sus zapatillas de esparto bordadas con lentejuelas. Ella si que sabe. Las que llevábamos tacones, tuvimos que elegir entre las dos zonas: Sorní o Poeta Querol.
Las que se quedaron en Poeta Querol, comenzaron su periplo en el Ateneo Mercantil. Allí, Carmen de Rosa, la mamá de la flamante fallera mayor de Valencia, había invitado a Carla Royo y Sandra Ibarra a inaugurar el encendido de luces rosa de la fachada del Ateneo Mercantil, que dio paso a la fiesta “la noche más rosa”, de cáncer and beauty, una iniciativa que ayuda a hombres y mujeres tratados de cáncer con productos de estética específicos, ¡una gran idea!
Después, sólo había que andar un poco hasta el Astoria para la fiesta de Dermiláser y el joyero Antonio Romero, convocada bajo el sugerente título de “la piel es bella, las joyas también”.
El cóctel reunió a buena parte de la sociedad valenciana: Mayrén Beneyto, Marisa Marín, María Teresa Monsonís, Pepa Guinot, Ernesto y Carmen Martínez-Colomer, su hijo Iván, Amparo Lacomba, Victoria Boluda, Presen Rodríguez, María Abradelo, el doctor Juan Antonio Murgui, Luz Aguiló, Mª Dolores Enguix, Laura Fitera, vestida de Juan Andrés Mompó, y su hermana Blanca, con un vestido de Alexander McQueen de llorar de la emoción, ¡que cosa tan delicada!
Como anfitriones, el joyero Antonio Romero, con su mujer Rosa y sus hijos David, Óscar y Omery, y el Doctor José María Ricart con su mujer Carolina Merino. Ricart es el dermatólogo de buena parte de las mujeres más estilosas de Valencia; un crack a la hora de rejuvenecer rostros sin que se note que la mano del hombre ha interferido en el paso de la naturaleza. Al  cóctel fue parte de su equipo: el cirujano plásticos Severiano Marín, el gerente de Quirón Valencia, José Doménech, y América Galán, que organizó un pequeño revuelto al traerse al Astoria el Cyclone, una súper máquina que hace milagros. No digo más.
A la fiesta también fue Esperanza Vila, que me contó el secreto de las impresionantes pestañas que luce: se llama M2lashes y es un producto que te alarga y riza las pestañas y que distribuye en España Nícola Seyda, cuñada de Cuchita Lluch.
Más de una invitada se quedó en el Astoria a la cena homenaje del Gremio de Sastres y Modistas a Juan Andrés Mompó, que recibió el premio Aguja Brillante de lo más emocionado.
La noche siguiente, viernes, la cena de gala de Fuvane convocó a cerca de cuatrocientas personas en el Alameda Palace convocada por Eduardo Alcalde y su incansable junta de apoyo con María José Albert al frente. Allí estuvo casi toda la sociedad valenciana, no sé si era la civil, pero desde luego era la auténtica.

miércoles, 10 de julio de 2013

Baqueira, Xàbia y Formentera

Hasta ahora había dos sitios a los que tenías que ir cada año si querías ser alguien en determinados círculos sociales valencianos. En invierno tenías que ir a la nieve para poder contar las excelencias del esquí como deporte para toda la familia. En verano tocaba hablar de lo mucho que ha cambiado Xabia en los últimos treinta años, demostrando con tu conversación que tú ya ibas por allí cuando el Piraña y Pancho lloraban la muerte de Chanquete. Ahora se introduce un tercer destino: a principios de verano hay que ir a Formentera, el nuevo paraíso entre hippy y glamuroso, que es el destino ideal para desconectar del trasiego diario. Ojo que allí se va sin niños, porque por esas fechas ellos están en Irlanda aprendiendo inglés. También es importante leer un par de manuales de navegación a vela no vaya a ser que en la conversación de turno confundamos la génova con la mayor y nos pongamos en evidencia, porque a Formentera se va en barco y el que no lo tiene lo alquila.
Por supuesto todo eso hay que adobarlo con un exquisito conocimiento sobre el vodkatonic, que lo del gintonic, ya se ha popularizado demasiado y toca marcar diferencias: que si el vodka es más digestivo, que genera menos acidez, que si apaga menos el sabor de la tónica...¡Jo,pe! Ahora que ya nos habíamos aprendido una docena de nombres de ginebra.
Mientras tanto la vieja Valencia sigue haciendo lo que puede para que quienes nos quedamos aquí sintamos que nuestra vida aún tiene sentido aunque Formentera siga siendo para nosotros sólo el cuarto nombre que recitamos de carrerilla de las cinco Islas Baleares.
La semana pasada, sin ir más lejos, un grupo de tiendas organizaron una shopping party en L'Umbracle, un rastrillo de lo más coqueto donde tan pronto veías un bolso de Prada de otra temporada, como unas pastillas de nutricosmética que prometen quitarte cinco años en pocas semanas. En un puestecito, alpargatas de yute echas a mano; en otro, un paté casero que está de muerte y que se elabora en Segorbe con aceitunas de la zona y más allá los peluqueros Frank & Pier cambiando tu look en un plis plas con las famosas planchas GHD. Lo mejor fue el stand de Dermiláser, una clínica estética que está en el Hospital Quirón que montó una camilla y se trajo a su equipo para hacer masajes drenantes y tratamientos que te dejan la piel como la de tu hija.
Valencia sigue teniendo vidilla gracias a las tiendas. La Optica Climent organizó otra fiestecita para presentar las colecciones de Prada y Armani. Hasta allí se acercaron amigos como Pedro García Mocholí, Luz Aguiló, Amparo Ortuño, Patricia Puxol, Amparo de la Concepción de Loewe, María Angeles Miguel, de Ferragamo y Encarna Roig de Acosta.
También Knack Men, en Poeta Querol celebró hace unos días su segundo aniversario en Valencia. Knack Men recupera la sastrería clásica pero actualizando las líneas y abaratando al máximo los costes sin escatimar en tejidos. El resultado es una tienda con el fondo de armario perfecto para el gentleman y bastante alejado de la estética de Formentera: trajes de lana y cashmere, chaquetas de sport y pantalones Hamilton en hilo y en algodón en colores veraniegos. Al cóctel fueron Alfonso Manglano y Eva Marcellan, Jorge y Begoña Martí, el sastre Antonio Puebla, Alfonso Pascual, Javier Botella, Lila Albanozzo y su hijo Miquele Vilarrasa, Esther Barrera, Veronica Montijano y Jose Luis Vilanova, entre otros…
La semana que viene más. El lunes empezaron las rebajas oficialmente aunque ya llevamos varias semanas con descuentos que, a partir de julio, llegan al cincuenta por ciento, como las francesas Claudie Pierlot y Sandro y The Livin (Marta de Diego) ya ya están avisando a las clientas por sms.