Las inglesas nos abandonan, las bolsas caen, sube la prima de riesgo, la libra se desploma, el despacho del Ministro de Interior parece el Corral de la Pacheca y Margallo ya se ve dando el pregón de las fiestas de Gibraltar con la bandera española hondeando en la cima del Peñón. Hoy elecciones, mañana Pablo querrá asaltar los cielos; Albert volverá a prometernos que es el nuevo Mesías; Pedro seguirá buscando amigos; Mariano se sentará a verlas venir. Y en medio de todo ese caos, nosotras afrontamos el verano con la eterna disyuntiva entre si nos conviene broncearnos al sol para dar envidia a las inglesas, o hacer caso a nuestro dermatólogo y protegernos para no acelerar las arrugas.
El jueves, mientras las inglesas decidían dejar de ajuntarnos, nosotras celebrábamos San Juan. Unas lo hicimos en el Hotel de la Playa de la Pobla de Farnals, tan cerca del mar que las pavesas casi nos queman los vestidos. Otros, como Rappel, organizaron una cena en el restaurante Llar Román. Había que ir vestido de blanco y los asistentes cumplieron con el protocolo. Entre ellos, Mayrén Beneyto, el arquitecto Luis Sendra, Tomás García y Ragel Beltrán, Laura y Blanca Fitera, Carmen de Rosa, Mercedes Fillol, Alfredo Esteve, Josep Lozano, Jarr, Lluís Nadal y Ana Ramírez, el escultor Miquel Navarro y el crítico gastronómico Pedro García Mocholí, entre otros.
A las doce, el grupo se acercó a la orilla del mar, pero como estaba Rappel, el rito de San Juan fue más sofisticado que el simple salto sobre las olas. Había que llevar en la mano tres flores blancas, tres frutas maduras y tres monedas de cobre e ir tirándolas al agua mientras te adentrabas poco en el mar a la vez que pedías un deseo. Al acabar, había que retroceder de espaldas y una vez en la arena secarse los pies con una toalla blanca. ¡Mos guarde, cuánta faena! Primer salto, un bolso de Loewe; segundo salto, tres kilos menos; tercer salto, que se acabe la Eurocopa que no aguanto los nervios de mi marido. Todo para volver a la orilla y que él siga allí hablando de Sergio Ramos, y lo peor de todo: el bolso de Loewe sigue en el escaparate y la cena te metió medio kilo de más del que aún no te has librado. El año que viene, casi que me voy a San Nicolás.
Montse Salamanca, la directora de Loewe, fue una de las que asistieron al cóctel que organizó la estilosa Laura Gallego esta semana en la sede de la CEV con una representación del cuerpo consular en Valencia. La Asociación de comercio de lujo, Valencia Excellence, quería transmitirles que Valencia es algo más que playa y paella y que tiene un comercio a la altura de las grandes capitales del mundo. En el cóctel estuvo el empresario Salvador Navarro, el cónsul de Chile, Leopoldo López, María Dolores Enguix, de la Optica Climent, Amparo Ortuño (Clínica Rahaal), Piotr Brylinski (Hugo Boss), Lila Albanozzo, de Il Baco da Seta, Guillermo Martorell, de la joyería Si7te, Leonardo Pugliese (Ferragamo), Mati Guerrero (Vuitton), Pau Pérez Rico (El Corte Inglés) y Sara Joudi, de la galería Shiras.
Todos los años por estas fechas Angela Pla celebra la entrega de sus premios de su revista y una vez más allí estuvo lo más granado de la sociedad valenciana. La cena de gala fue en el nuevo Veles e Vents.
No falto el genial Francis Montesinos, que triunfó hace unos días con la presentación de su colección de verano en La Ferradura, el diseñador Alejandro Resta, las modelos Laura Sánchez, Madeleine Hjört, Arancha del Sol y Paloma Lago, y gente de la moda, como Miguel Vizcaíno, Adrián Salvador y Lucas Zaragosí, Amparo Chordá, Amado Ortells, Salomé Corell, Vicente Gracia, Antonio y Pablo Jordán, Argimiro Aguilar y el sastre Antonio Puebla.
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lunes, 27 de junio de 2016
¡Cuánta incertidumbre!
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lunes, 21 de diciembre de 2015
Más árboles y menos belenes
Estas van a ser unas navidades peculiares. Estamos con un Gobierno en funciones y probablemente sin saber quién nos gobernará en los próximos cuatro años porque Mariano, Pedro, Albert y Pablo estarán negociando sus cosas entre turrones y mazapán. Por otra parte, Compromis ha escondido los belenes de las vías públicas y cuesta más encontrar uno que hacerte con un bolso de Prada al cincuenta por ciento una semana después de empezar las rebajas.
El Ayuntamiento ha felicitado la Navidad con un cartel que igual sirve para Navidad que para Fallas que para una quedada en el Carmen. Puestos a innovar, Mónica Oltra y sus chicos podrían buscar otro árbol para ambientar porque en estas latitudes abetos hay pocos y lo que más se le parecen son los cipreses de los cementerios. Lo suyo sería decorar con adornos navideños un algarrobo, un olivo, un naranjo, al menos quedaría todo mucho más valenciano.
Y por si todo esto fuese poco, aparecen por la ciudad unos carteles que pone “Vota Ramones”, y que en realidad no te piden el voto para el cantante del grupo punk más gamberro de los ochenta, sino que anuncian una exposición de fotos de Jeipi Juan Pablo de los años en los que venían a tocar a Valencia grupos como los Pixies, Nirvana, Sting, Suede, The Cult, Radio Futura, Iggy Pop, Simple Minds, U2…La exposición se inauguró en Gran Vía 25 con birras, música ochentera y un montón de fotos que podrán nostálgico a más de uno.
Estos días la ciudad está llena de tiendas efímeras y mercadillos navideños. El miércoles abrió el que ha montado Paula Alcón con las hermanas Barral y Sara Tamarit. Se llama Quinta Avenida y está en Conde Salvatierra 20. Hay puestecitos de moda, flores, complementos, decoración navideña, juguetes, productos gourmet y hasta pinturas de Helga Grollo y Luis Lonjedo. En la inauguración estuvo Rafa Alcon, María García, Nacho Jimenez de la iglesia y su mujer Cristina, Mayrén Beneyto, las hermanas Pamblanco, Amparo Muñoz y su hija Elena Blasco, las hermanas Donat, Maiti Moroder, Tola Clérigues, Isabel Aliño y Alberto Clérigues, María Gómez Polo y José Manglano, Cuco Garrigues, Juanjo Barral y Josita Boluda, Mari Carmen Tamarit, la diseñadora Laura Lleo, Paula Llobet, la familia Grollo, Tati Tamarit y su hija Rocío, Nano Belda y sus hijas, Elena Tirado, Maite Marqués, Esperanza Vila, Nacho Gómez Trénor con Carolina Gil, Vicente Barrera y el doctor Murgui.
Justo enfrente, en Conde Salvatierra 23, está Christmas Store, el mercadillo de Angela Pla donde venden desde pieles y tocados a juguetes, papelería y bisutería hippy.
Para las más sofisticadas, hay dos mercadillos muy recomendables: Jul konstruktion, de María Marí y Almudena Cano, y Merry ChristmART. Jul (Navidad) y Konstruktion (construcción) está en Pizarro 18. Se inspira en la Navidad de estilo nórdico y tiene una decoración muy cuidada con madera de Haya. Entre los expositores, Uke, Jimena & Cayetana, My Bluchers, Minimus Kids, bisutería de Bohemismo, Patito & Co, Susi Cala y unas pocas firmas de decoración.
El Merry ChristmART está en el sótano de la tienda La Chaise retro&med, en Maestro Clavé, 3. Es un mercadillo de arte y diseño valenciano: pintura, fotografía, ilustraciones, cerámica y bisutería retro. A la inauguración fueron muchos de los artistas, entre ellos los interioristas Vicente Montañana y su mujer Paqui Casans, el fotógrafo David Poliakoff; Pablo Almenar de Doméstic; la diseñadora Mela Lozano de The Vintees; la fotógrafa Vicenta Casany; la pintora Marta Gómez Lechón y su hermana Carla, la diseñadora de joyas Rosa Borredá y como anfitriones Javier Gijón y Alba Ibáñez, que presentó su bisutería y colección de loza.
Estos días la ciudad está llena de tiendas efímeras y mercadillos navideños. El miércoles abrió el que ha montado Paula Alcón con las hermanas Barral y Sara Tamarit. Se llama Quinta Avenida y está en Conde Salvatierra 20. Hay puestecitos de moda, flores, complementos, decoración navideña, juguetes, productos gourmet y hasta pinturas de Helga Grollo y Luis Lonjedo. En la inauguración estuvo Rafa Alcon, María García, Nacho Jimenez de la iglesia y su mujer Cristina, Mayrén Beneyto, las hermanas Pamblanco, Amparo Muñoz y su hija Elena Blasco, las hermanas Donat, Maiti Moroder, Tola Clérigues, Isabel Aliño y Alberto Clérigues, María Gómez Polo y José Manglano, Cuco Garrigues, Juanjo Barral y Josita Boluda, Mari Carmen Tamarit, la diseñadora Laura Lleo, Paula Llobet, la familia Grollo, Tati Tamarit y su hija Rocío, Nano Belda y sus hijas, Elena Tirado, Maite Marqués, Esperanza Vila, Nacho Gómez Trénor con Carolina Gil, Vicente Barrera y el doctor Murgui.
Justo enfrente, en Conde Salvatierra 23, está Christmas Store, el mercadillo de Angela Pla donde venden desde pieles y tocados a juguetes, papelería y bisutería hippy.
Para las más sofisticadas, hay dos mercadillos muy recomendables: Jul konstruktion, de María Marí y Almudena Cano, y Merry ChristmART. Jul (Navidad) y Konstruktion (construcción) está en Pizarro 18. Se inspira en la Navidad de estilo nórdico y tiene una decoración muy cuidada con madera de Haya. Entre los expositores, Uke, Jimena & Cayetana, My Bluchers, Minimus Kids, bisutería de Bohemismo, Patito & Co, Susi Cala y unas pocas firmas de decoración.
El Merry ChristmART está en el sótano de la tienda La Chaise retro&med, en Maestro Clavé, 3. Es un mercadillo de arte y diseño valenciano: pintura, fotografía, ilustraciones, cerámica y bisutería retro. A la inauguración fueron muchos de los artistas, entre ellos los interioristas Vicente Montañana y su mujer Paqui Casans, el fotógrafo David Poliakoff; Pablo Almenar de Doméstic; la diseñadora Mela Lozano de The Vintees; la fotógrafa Vicenta Casany; la pintora Marta Gómez Lechón y su hermana Carla, la diseñadora de joyas Rosa Borredá y como anfitriones Javier Gijón y Alba Ibáñez, que presentó su bisutería y colección de loza.
martes, 14 de julio de 2015
La Cope, el Westin y Mónica Oltra
¡Qué caprichosa es la vida! La semana pasada elucubraba yo aquí sobre la posibilidad de encontrarme a Mónica Oltra en una de esas fiestas, que suelen darse en sitios como la terraza del Westin, y a las que acude lo más principal de la ciudad, ya sabéis, empresarios, familias de renombre, autoridades… Vamos, toda esa gente que hasta ahora estabas acostumbrada a ver departir con los líderes del PP como si llevasen toda la vida comiendo sopas juntos.
Pues mira tú por donde, eso fue exactamente lo que pasó el jueves por la tarde. La Cadena Cope celebraba su entrega anual de premios en la terraza del Westin. Entre los invitados, como no, el flamante nuevo Presidente de la Generalitat, Ximo Puig, acompañado de las más altas autoridades políticas, empresariales, sociales e incluso eclesiásticas. Y allí estaba ella, acaparando, sin quererlo y quizás sin darse cuenta, la atención de casi todos. Vestido color nude de gasa por debajo de la rodilla y zapatos de tacón medio: muy femenina.
Fue discreta y mientras el President se integraba entre la concurrencia, como si no hubiese hecho otra cosa en su vida, ella se quedó en un rincón hablando con un grupo de jóvenes. Yo quería abordarla, necesitaba hablar ella, presentarme, decirle que era mi nueva musa, la fuente de mi inspiración, la verdadera princesa del pueblo y no Belén Esteban. Y ella, con aquellos jovencitos que la tenían rodeada; y yo mirando, y esperando, y una copa de champán y otra, otra y otra más; y aquellos que no la dejaban moverse. Al final, el champán cumplió con su misión: me dio el valor necesario para abrirme paso a codazos y llegar hasta ella. Hablamos durante un par de minutos, tampoco era cuestión de abusar; y como no me mandó a hacer a gárgaras, ahora considero que Mónica y yo somos medio amigas, ¡ja!, me encanta, me encanta y me requeteencanta.
Por lo demás, la tarde de la Cope en el Westin tuvo su punto. Fue como una puesta de largo del nuevo poder político valenciano. Allí estaban los que llegan y los que se van; y ni los unos ni los otros parecían asumir su nuevo papel. Unos porque no se encontraban, otros porque estaban a no ser el centro de los corrillos. Alberto Fabra se fue pronto, María José Catalá y Vicente Betoret estuvieron por allí, pero pasaron casi tan desapercibida como las azafatas. En el otro bando, Enric Morera, Joan Calabuig, Antonio Gaspar y otros muchos que todavía no conozco, entre otros Antonio Montiel, andaban por allí tratando de mimetizarse con el entorno. Yo, como ya me había hecho amiga de Mónica, me fui. Era bien entrada la noche, alí se quedaron el Presidente, Mónica con sus amigos jovencitos, e Isabel Bonig y Juan Carlos Moragues, nuevo Delegado del Gobierno, que fueron los únicos peperos que aguantaron el tipo hasta el final.
Pero bueno, yo de lo que os quería hablar era del cuarenta cumpleaños de Ángela Pla, que lo celebró la semana pasada en la Masía del Carmen, una casa señorial del siglo XVIII de Alejandro Noguera. Ciento cuarenta invitados, ellas de largo y ellos con traje oscuro, catering de Gourmet , música de Copa Ilustrada y decoración de Paloma Tárrega que puso dos larguísimas mesas, una para chicos y otra para chicas, recreando los bailes antiguos.
En la mesa de chicos, Manolo Peris Mendoza, Adolfo Utor, José Enrique Ruiz Domenech, Miquel Navarro, Josep Lozano, Eduard Mira, Manolo Peris Santoja, Alfonso Maldonado, Lucas Soler, Victor Romero, Alfonso Manglano, Pedro Ribelles, Ramón Bandres, Juan Valero de Palma. En la de chicas, Paloma Tarrega, Mayrén Girona, Vicen Fernández, Marisa Gallen, María Antonia Reig, Ana Casanova, Ana Serratosa, Marieta Monfort, Mónica Duart, Sally Corell, Maite Sebastiá, Lucia de Miguel, Elena Meléndez, Emilia Selva, Fátima Zamorano, Tatiana Monsonís, Eva Marcellán, María Muñoz de Prat y Pilina Rodrigo.
Solo se cumplen cuarenta años una vez en la vida. Es una pena que Mónica ya haya pasado los cuarenta. Como somos medio amigas, a lo mejor me habría invitado.
Pues mira tú por donde, eso fue exactamente lo que pasó el jueves por la tarde. La Cadena Cope celebraba su entrega anual de premios en la terraza del Westin. Entre los invitados, como no, el flamante nuevo Presidente de la Generalitat, Ximo Puig, acompañado de las más altas autoridades políticas, empresariales, sociales e incluso eclesiásticas. Y allí estaba ella, acaparando, sin quererlo y quizás sin darse cuenta, la atención de casi todos. Vestido color nude de gasa por debajo de la rodilla y zapatos de tacón medio: muy femenina.
Fue discreta y mientras el President se integraba entre la concurrencia, como si no hubiese hecho otra cosa en su vida, ella se quedó en un rincón hablando con un grupo de jóvenes. Yo quería abordarla, necesitaba hablar ella, presentarme, decirle que era mi nueva musa, la fuente de mi inspiración, la verdadera princesa del pueblo y no Belén Esteban. Y ella, con aquellos jovencitos que la tenían rodeada; y yo mirando, y esperando, y una copa de champán y otra, otra y otra más; y aquellos que no la dejaban moverse. Al final, el champán cumplió con su misión: me dio el valor necesario para abrirme paso a codazos y llegar hasta ella. Hablamos durante un par de minutos, tampoco era cuestión de abusar; y como no me mandó a hacer a gárgaras, ahora considero que Mónica y yo somos medio amigas, ¡ja!, me encanta, me encanta y me requeteencanta.
Por lo demás, la tarde de la Cope en el Westin tuvo su punto. Fue como una puesta de largo del nuevo poder político valenciano. Allí estaban los que llegan y los que se van; y ni los unos ni los otros parecían asumir su nuevo papel. Unos porque no se encontraban, otros porque estaban a no ser el centro de los corrillos. Alberto Fabra se fue pronto, María José Catalá y Vicente Betoret estuvieron por allí, pero pasaron casi tan desapercibida como las azafatas. En el otro bando, Enric Morera, Joan Calabuig, Antonio Gaspar y otros muchos que todavía no conozco, entre otros Antonio Montiel, andaban por allí tratando de mimetizarse con el entorno. Yo, como ya me había hecho amiga de Mónica, me fui. Era bien entrada la noche, alí se quedaron el Presidente, Mónica con sus amigos jovencitos, e Isabel Bonig y Juan Carlos Moragues, nuevo Delegado del Gobierno, que fueron los únicos peperos que aguantaron el tipo hasta el final.
Pero bueno, yo de lo que os quería hablar era del cuarenta cumpleaños de Ángela Pla, que lo celebró la semana pasada en la Masía del Carmen, una casa señorial del siglo XVIII de Alejandro Noguera. Ciento cuarenta invitados, ellas de largo y ellos con traje oscuro, catering de Gourmet , música de Copa Ilustrada y decoración de Paloma Tárrega que puso dos larguísimas mesas, una para chicos y otra para chicas, recreando los bailes antiguos.
En la mesa de chicos, Manolo Peris Mendoza, Adolfo Utor, José Enrique Ruiz Domenech, Miquel Navarro, Josep Lozano, Eduard Mira, Manolo Peris Santoja, Alfonso Maldonado, Lucas Soler, Victor Romero, Alfonso Manglano, Pedro Ribelles, Ramón Bandres, Juan Valero de Palma. En la de chicas, Paloma Tarrega, Mayrén Girona, Vicen Fernández, Marisa Gallen, María Antonia Reig, Ana Casanova, Ana Serratosa, Marieta Monfort, Mónica Duart, Sally Corell, Maite Sebastiá, Lucia de Miguel, Elena Meléndez, Emilia Selva, Fátima Zamorano, Tatiana Monsonís, Eva Marcellán, María Muñoz de Prat y Pilina Rodrigo.
Solo se cumplen cuarenta años una vez en la vida. Es una pena que Mónica ya haya pasado los cuarenta. Como somos medio amigas, a lo mejor me habría invitado.
lunes, 8 de junio de 2015
La movida valenciana
Valencia está cambiando, chicas,
y el cambio es más rápido de lo que tarda Zara en copiar una nueva colección. El
jueves, Ángela Pla celebró como cada
año la fiesta de verano de su revista, esa que reúne, en el IVAM, a lo más
granado de la sociedad valenciana: arquitectos, diseñadores de postín,
artistas, directores de comercios de lujo, políticos, periodistas…
Para dar un toque de color y
cosmopolitismo a la cita, Ángela suele traer a cuatro o cinco famosos de Madrid.
En otras ocasiones, las invitadas tenían un lustre aristocrático como Naty Abascal, Eugenia Silva –pareja de Alfonso de Borbón- o Carla Royo-Villanova. Esta vez vinieron
Loles León, Massiel y Pastora Vega. Faltó Rosy de Palma y Bibiana Fernández para convertir la noche en un remake de la movida
madrileña de los ochenta con Almodóvar
y su troupe.
La ex de Imanol Arias estaba tan mona como siempre, alta, delgada, guapa y estilosa. Subió al escenario con Loles León,
mucho más de andar por casa, pero con un desparpajo que eclipsa a la más
pintada. Las dos dieron el premio al diseñador Manu Fernández, que recogió el premio con bermudas y calcetines
negros largos, bajo una chaqueta de traje. Vamos, con un estilismo que sólo puede
llevar un genio del diseño y que si se lo pone tu marido, antes de salir de
casa le pides el divorcio; pero si se lo pone él, dices: ¡Jo, pe, qué arte
tiene este hombre!
La gala nos dejó algunos detalles
más de revival ochentero, como el champagne servido en copas Pompadour,
aquellas con las que brindábamos en las noches de fin de año de nuestra
adolescencia. Cuenta la leyenda que esa copa fue modelada sobre el pecho
perfecto de Madame Pompadour. Sea o no cierto, los invitados bebieron champagne
porque el evento tampoco se prestaba para tirar de litrona mientras escuchas canción
protesta.
Por lo demás la cena fue un
compendio de buen gusto: la decoración de Paloma
Tárrega convirtió el hall del IVAM en un frondoso jardín botánico; el menú
de Javier Andrés, de la Sucursal, tomate
en rama relleno y merluza al horno, fue comedido y nada esnobista y las flores
de Conchita Cañamás pusieron el
toque romántico.
Entre los invitados, muchos
nombres habituales en este tipo de cenas: el doctor Murgui, Laura Fitera, Ivan Martínez Colomer y Ana García, de
Moddos, las hermanas Alicia y Paloma de
Miguel, las periodistas Laura
Grande, Elena Menéndez, Maribel Vilaplana y Susana Golf, el joyero Vicente Gracia, la diseñadora Amparo Chordá, Rocío Bacharach, Antonio
Jordán, José Tamarit y Ana Valero, de Chapeau; Lourdes Verdeguer de Patos, Carlos
Serra y Víctor Nebot, la mujer del
cantante Francisco, Paca Ribes, Josep
Lozano, los periodistas Juan
Lagardera y Cruz Sierra; el peluquero Tono
Sanmartín, Encarna Roig, de Acosta…
La política también tuvo su
representación: estuvo Fernando Giner,
de Ciudadanos, la diputada del PSPV María
José Mira y la todavía Consellera María
José Catalá, que como no podía ser de otra forma pasó más desapercibida que
otros años. Faltó alguien de Compromís. Todo se andará.
Entre los premiados con una pieza
del artista JARR, una emocionada María
Dolores Enguix, de la Óptica Climent; la empresaria Celia Valiente, el interiorista Antonio Salinas, el cocinero de Master Chef Pepe Rodríguez, el doctor José
Remohí de la clínica IVI, la blogger Mar
Flores, los diseñadores Ángel
Schlesser y Manu Fernández, los
modelos Teresa Baca y Fran Martínez
y el arquitecto Antonio Escario.
La nota discordante la puso el
humorista Angel Garó, que estuvo
poco fino al decir, micrófono en mano, que iba a hacer pipí, justo cuando Leticia Valera explicaba la labor de su
ONG Kassumay en África.
Lo mejor, la puesta en escena de Angela,
que es una artista leyendo discursos. Alguno de nuestros partidos debería
ficharla para elevar el nivel de la retórica en Les Corts. Me quedo con su cita
de Borges: “Al cabo de los años, he observado que la belleza, como la
felicidad, es frecuente. No pasa un día que no estemos, un instante, en el
paraíso”.
lunes, 26 de mayo de 2014
El poder de la extravagancia
Ya sabéis que Consuelo Císcar ha sido muchos años la directora del IVAM y que hace unos meses dejó de serlo. Dimitió según por “razones de salud”, cosa que viendo su lozanía cuesta creer. Por otra parte, es sabido que su relación con la Consellera María José Catalá era peor que la de Kiko Matamoros con su hermano. Vamos que todo apunta a que se fue porque estaba hasta el pirri y sabía que sus jefes la querían poco tirando a nada.
Eso ocurrió el diez de marzo. El jueves pasado, la revista Tendencias celebró en el IVAM su gala anual de entrega de premios, que es una de las grandes citas anuales de lo más granado de la sociedad valenciana. Imaginaos a cualquiera de vosotras en la situación de Consuelo: la que ha sido tu casa durante años celebra una fiesta, a la que asiste lo más influyente de tu ciudad; ¿qué haces, te quedas en casa llorando tu desdicha, en plan “paso de vosotros” porque no me queréis, o te plantas allí en plan a mí no me doblega ni un huracán?
Pues ella optó por plantarse allí y no sólo eso, sino que lo hizo con un vestido indescriptible (ver la foto) de su amiga Agatha Ruiz de la Prada, no fuese a ser que alguien la pasase por alto. ¡Olé tú bonita!, pensé en cuanto la vi; ¡ahí, con un par de tacones!, y al que no le guste que se compre un duro de desierto y se vaya a barrerlo. La gente, en las redes sociales, la puso a caer de un burro. Está visto que una tiene que ajustarse a los cánones estéticos dominantes, y que si no tienes las medidas de una modelo y ya has cumplido los cincuenta, es mejor que vistas algo discretito para no escandalizar y pasar lo más desapercibida posible. Pues no, como dijo Moschino: “Si no puedes ser elegante, por lo menos sé extravagante”.
La propia Agatha se puso un vestido estampado con manos y un enorme floripondio a la cabeza muy de su estilo, la de no tomarse demasiado en serio la moda y sus dictaduras. ¡Me encanta, me encanta, me encanta! A ver si es que Marichalar y Pedro J pueden llevar calcetines color morado y se les llama estilosos y rompedores y nosotras no podemos plantarnos un tocado en la cabeza en forma de maceta sin que nos llamen al orden.
Afortunadamente, a la fiesta de Angela Pla, vestida de Marta de Diego, acudió más de una señora con arrestos, como Naty Abascal, Mayrén Beneyto, con un vestido de rojo mantón de Manila de Marta de Diego, que también estuvo en la cena; Alicia de Miguel, con su abrigo estampado felino y sus gafas años 50, Rocío Bacharach o Laura Fitera, con un Dior vintage. Como viene siendo habitual, Ángela reunió a buena parte de la sociedad valenciana: el joyero Vicente Gracia (que acaba de inaugurar exposición en Caro Hotel) y Juana Roig, de rojo Valentino, Alfonso Manglano y Eva Marcellán, el vicerrector de la UV Guillermo Palao; Juan Valero de Palma, el neurólogo José Miguel Laínez y su mujer Elena Dióniz, el crítico gastronómico Alfredo Arguilés, el periodista Juan Lagardera, Encarna Roig, de Acosta; Javier Monedero, de Dicoval, con su mujer Rosa Sanchís; José de Miguel (nuestro Richard Gere valenciano) y su mujer Tati Monsonís; José Tamarit, de Chapeau, y Ana Valero, una embarazadísima María Cosín, el sastre Antonio Puebla, y señoras estupendas como Mª José Navarro, Marisa Martín, Sela Falcó o Blanca Fitera… También estuvo el diseñador Francis Montesinos, que se fue a fumar justo cuando tenía que entregar un premio ¡así es Francis!, y Alex Vidal hijo y Amado Ortells, premiados por su juventud y por su larga trayectoria, respectivamente. La troupe que vino de Madrid fue de lo más variopinta: además de Naty, el diseñador Pascua Ortega, que recibió premio al diseño y que es un señor educadísimo y de lo más elegante; Boris Izaguirre, premio a la comunicación, la periodista Marta Robles y Carla Royo-Villanova.
Carla aprovecho la tarde en Valencia y antes de la fiesta pasó por VM The Shop, la tienda de José Luís Vilanova y Verónica Montijano, para apoyar la presentación de una colección cápsula de los diseñadores Alalá, unos gallegos que van a abrir taller en Valencia.
La propia Agatha se puso un vestido estampado con manos y un enorme floripondio a la cabeza muy de su estilo, la de no tomarse demasiado en serio la moda y sus dictaduras. ¡Me encanta, me encanta, me encanta! A ver si es que Marichalar y Pedro J pueden llevar calcetines color morado y se les llama estilosos y rompedores y nosotras no podemos plantarnos un tocado en la cabeza en forma de maceta sin que nos llamen al orden.
Afortunadamente, a la fiesta de Angela Pla, vestida de Marta de Diego, acudió más de una señora con arrestos, como Naty Abascal, Mayrén Beneyto, con un vestido de rojo mantón de Manila de Marta de Diego, que también estuvo en la cena; Alicia de Miguel, con su abrigo estampado felino y sus gafas años 50, Rocío Bacharach o Laura Fitera, con un Dior vintage. Como viene siendo habitual, Ángela reunió a buena parte de la sociedad valenciana: el joyero Vicente Gracia (que acaba de inaugurar exposición en Caro Hotel) y Juana Roig, de rojo Valentino, Alfonso Manglano y Eva Marcellán, el vicerrector de la UV Guillermo Palao; Juan Valero de Palma, el neurólogo José Miguel Laínez y su mujer Elena Dióniz, el crítico gastronómico Alfredo Arguilés, el periodista Juan Lagardera, Encarna Roig, de Acosta; Javier Monedero, de Dicoval, con su mujer Rosa Sanchís; José de Miguel (nuestro Richard Gere valenciano) y su mujer Tati Monsonís; José Tamarit, de Chapeau, y Ana Valero, una embarazadísima María Cosín, el sastre Antonio Puebla, y señoras estupendas como Mª José Navarro, Marisa Martín, Sela Falcó o Blanca Fitera… También estuvo el diseñador Francis Montesinos, que se fue a fumar justo cuando tenía que entregar un premio ¡así es Francis!, y Alex Vidal hijo y Amado Ortells, premiados por su juventud y por su larga trayectoria, respectivamente. La troupe que vino de Madrid fue de lo más variopinta: además de Naty, el diseñador Pascua Ortega, que recibió premio al diseño y que es un señor educadísimo y de lo más elegante; Boris Izaguirre, premio a la comunicación, la periodista Marta Robles y Carla Royo-Villanova.
Carla aprovecho la tarde en Valencia y antes de la fiesta pasó por VM The Shop, la tienda de José Luís Vilanova y Verónica Montijano, para apoyar la presentación de una colección cápsula de los diseñadores Alalá, unos gallegos que van a abrir taller en Valencia.
miércoles, 10 de julio de 2013
Un soplo de aire en la Generalitat
Las mujeres tenemos ventaja sobre los hombres cuando nos
dedicamos a la vida pública. Ellos parecen todos iguales, apenas se distinguen
porque todos son igual de aburridos vistiendo: chaqueta, camisa, corbata y
¡ale!, a la calle, da igual que vayan a un reunión de ministros que a una cena
benéfica. Sin embargo nosotras tenemos armas para hacernos notar con nuestra
mera aparición en escena: recuérdese la histórica entrada de Carmen Alborch,
con su melena roja, que levantó de sus escaños a sus amuermadas señorías.
En esto, las socialistas son mejores que la peperas, en sus
filas ha habido mujeres como Fernández de la Vega, Bibiana Aido, Trinidad
Jiménez o Elena Salgado, que ponían un brizna de frívolo glamour al Gobierno.
Las chicas del PP parecen huir del chismorreo sobre su estilo y su apariencia,
no arriesgan y van a lo seguro: blazer, poco escote y faldas por donde mandan
los cánones de toda la vida. Sólo Cospedal parece darse cuenta de que no tiene
nada de malo utilizar ciertas armas de mujer para hacerse un hueco en la foto.
Trasladado todo esto a la política valenciana, que está de
un gris que no hay quien la aguante, tenemos una foto del Consell a la que le
falta color. Catalá y Bonig pueden ser
más o menos estilosas pero no juegan a atraer las miradas. Pero todo esto puede
que cambie.
Ha llegado un soplo de aire fresco al Palau, Esther Pastor,
la nueva Secretaria Autonómica y mano derecha del President. El jueves fue a
una fiesta en el IVAM organiza por Angela Pla con un vestido naranja
ajustadísimo, de estilo ochentero y hombro al descubierto. Uno de estos
vestidos que marcan la silueta, se adaptan al cuerpo como un guante y dejan a
nuestros hombres boquiabiertos. Vamos, sólo apto para mujeres de bandera
conscientes de que lo son. Llegó y posó en el photocall con la seguridad propia
de quien lleva años acaparando la atención de las cámaras.
A la cena fueron también Mayren Beneyto, Rosa Lladró, el
diseñador Jayme Hayón, la Consellera María José Catalá, (discreta con un
vestidito negro de cóctel), Consuelo Císcar y Rafael Blasco, el director de
Culturarts, Manuel Tomás, el periodista Juan Lagardera y la directora de Canal
9 Rosa Vidal con Javier Molins.
Angela Pla, ideal con un vestido blanco largo de Marta Diego
y joyas de Vicente Gracia, convocó a chicos
guapos como Medina, modelos internacionales como Verónica Blume, Minerva
Portillo, Elena Posokhova (vestida por Miguel Vizcaino) y Paola del Sol,
impresionante con un vestido negro de Siemprevivas; diseñadores e interioristas
(Julio Guixeres y Lorenzo Castillo) y arquitectos (Ramón Esteve y Fran
Silvestre).
Jaime Hayón -¡que mono es este chico!- recibió el premio
como mejor diseñador industrial. Le acompañó su mujer, la fotógrafa danesa Nienke Klunder, con ese
estilo sexy y elegante que manejan con inteligencia las neoyorquinas. El premio
a la mejor empresaria joven se lo llevó Sally Corell, que iba ideal con un
vestido palabra de honor que recordaba a los que llevaba Carrie Bradshaw. Se lo
entregó Rosa Lladró, mientras que Alicia de Miguel, espectacular con un vestido
largo estampado de Pucci y tocado de Peggy Rusmore, hizo lo propio con Lourdes
López, de Patos.
La presentadora de la gala fue Cristina Tárrega, que vino
con su marido, Mami Quevedo, y estuvo con otros televisivos como Ximo Rovira,
Maribel Vilaplana, Ferran Cano y Laura Grande. También estuvo Cuchita Lluch, y jóvenes guapas y estilosas como Sonsoles Gómez Torres, Mayte Sebastiá (de Telva)
y Blanca Crespi, la hija de Laura Fitera que hizo cuchipandi con el doctor Juan
Antonio Murgui y otros amigos. También se dejaron ver Alonso Manglano, Joseca
Arnau, Carol Gabarda, Isaben Simó, José Vicente Plaza, Rocío Bacharach, Tono
Sanmartín, Josep Lozano, Jarr y Alfredo Esteve.
Esther Pastor compartió mesa con Rafael Medina (¡qué envidia!),
no se sabe si María José Catalá sintió que le habían arrebatado protagonismo,
pero conociendo a las mujeres no es descartable que la Consellera esté a estas
alturas buscando nuevo estilista. Quién sabe, quizás a la vuelta del verano la
veamos entrar en Les Corts con una melena roja y un vestido que levante a sus
señorías del escaño.
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