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lunes, 20 de julio de 2020

La curva de la felicidad


Dicen los científicos que estudian el cerebro que la felicidad es como una curva en forma de U. Durante la infancia somos muy felices porque percibimos más los aspectos positivos que negativos, pero la curva empieza a descender a partir de la adolescencia y ahí nos volvemos algo más cenizos porque nos damos cuenta antes de las amenazas y eso nos hace ver la vida con preocupación; la curva de la felicidad vuelve a recuperarse a partir de los cincuenta y de ahí en adelante somos capaces de valorar más lo positivo y obviar lo negativo, lo que conduce a un estado de optimismo que nos hace ver la vida con una sonrisa, obviando las circunstancias personales claro. ¿No es genial?
En las mujeres hay un factor extra y es que con la edad consigues deshacerte por fin de los mil complejos que te han martirizado durante años, cosa que no les pasa a ellos, que se ven siempre se estupendos ya sea calvos o con barriga.

La edad juega a nuestro favor, chicas, y eso se nota. Carmen de Rosa celebró esta semana su Santo con sus amigos en la terraza del Ateneo y la reunión destilaba optimismo y ganas de vivir. Estuvieron todas sus amigas: las hermanas Laura y Blanca Fitera, Mayrén Beneyto, Amparo Lacomba, María José Navarro, Merche Fillol, Paz Olmos, Toña Játiva, Maribel Molins, también el pintor Enrique Senís Oliver con David Phillips y el profesor Enrique Bastellester Olmos, entre otros.
Las bodas también se disfrutan más a los 50 que a los treinta. Sonia Valero de Palma celebró sus bodas de plata con Manuel Bueno. Volvieron a casarse en la misma Iglesia donde lo hicieran 25 años antes, en San Juan del Hospital. Les acompañaron sus hijos, Paula y Alvaro; los padres de Manuel, Juan Antonio y Margarita y su hermana Alicia, que vinieron de Palma de Mallorca, donde viven. Sonia es hermana de la periodista Angela Valero de Palma, que estuvo con su marido Juan Llorens, su madre, Ángela Manglano y sus hermanos Alvaro y Juan, además de sobrinos, tíos y familia.
Lo celebraron en el patio de la casa familiar que está cerca de la Iglesia, con amigos de toda la vida como Elena Martos y Rafa Ripoll, Paula Albamonte y Diego Gómez Ferrer, Silvia Lafuente, Silvia Martínez, María Torres, sus amigas del colegio, Desampa Gil y Vicente Cholbi, Mónica Morales y Javier López Mora, sus primas Claudia Dupuy de Lome, Irina Manglano y Paloma Molero, que vino de Madrid; Macarena y Miriam Alegre, Cristina Aguirre, Pilu Díez de Rivera, Pedro Alonso, Alfonsito Manglano, Isabel Bermejo. De Mallorca vino el sobrino de Manuel e hijo de Alicia, Rodrigo Von Waberer, nieto del famoso pintor mexicano del mismo nombre, y Marion Albors y Juan Castro, dos buenos amigos.

La fiesta duró todo el día. Por la tarde se incorporaron a la merienda las amigas de Emaus Santa Catalina y las voluntarias de Mary’s Meals, capitaneadas por Marta Manen, es una organización benéfica que ayuda a niños y el matrimonio pidió que los regalos se destinasen a esa ONG, en la que colabora Sonia.

Los más afortunados empiezan las vacaciones o aprovechan los fines de semana para ir a la playa. La diseñadora Bárbara Torrijos hizo una escapada a Xàbia con sus amigas Natalia Cordellat y Noelia Martinez; Juan José Sanchis invitó a su casa del Portet de Moraira a sus amigos Francisco Mínguez, Manuel Martínez, Ramon Marí y Pedro Loeches; y Nuria Pérez de Loma pasó unos días con Elisa Guerola en el hotel que ha abierto su cuñada Anaïs Romá Cucarella en Santa Gertrudis, Ibiza.


lunes, 9 de julio de 2018

¿Javea o Benicassim?

¿Jávea o Benicassim?, he ahí el dilema. Ríete tú de lo de “ser o no ser” que sólo da para comerte el tarro. Lo que realmente nos marca la vida a las valencianas es si somos más de Jávea o de Benicassim. Quien de alguna forma pueda demostrar ya cuando la Marujita Díaz vestía pañales, su familia veraneaban en Javea o Benicassim será considerada una aristócrata en las fiestas de verano. Allí defenderá su playa con su vida. Recordará la infancia de Fulanita y Menganita, y el noviazgo de la hermana de Pitita con el primo de Tutina, mientras su madre, Fuchita, preparaba la merienda. Su contrincante, la de la otra playa, se defenderá contando como Petote, el hermano de Chusita, las enamoró a todas con su Vespa rosa.
Es el caso del doctor Juan Antonio Mira, que tiene una casa del puerto porque allí pasaba los veranos desde niño, cuando ya iba con sus padres. En el pueblo también tienen casa el ex ministro José Manuel García Margallo y los hermanos De Miguel: Alicia, Carmen, Paloma y Jose, casado con la interiorista Tati Monsonís. Fue ella la que le dio a la casa un estilo ibicenco y allí celebran cada verano una fiesta de lo más concurrida.
Entre los amigos de Paloma, están las hermanas Ana y Sara Joudí, que comparten veraneo en Javea con la rotaria Teresa Nuez y Manolo Lainez, Emília Garcia, Ismael Zahrawi, Ana Peris y Herminio Moraira, entre otros.
A Sara le encantan las playas de la zona: “cala Portixol con sus casitas de pescadores con puertas y ventanas azules; La Granadella y su agua cristalina”, como a la diseñadora Bárbara Torrijos, que pasa allí los veranos.
Algunos, como Esther Barrera, acaban en Javea porque es allí donde van todos sus amigos. “Yo me he criado en el campo toda la vida, en Onteniente, en una finca familiar. Desde hace cuatro años hemos recalado en Javea, ya que mis hijas tenían allí sus amigos y yo también”.
Otros son de Javea de toda la vida, como Amparo Lacomba, y allí tienen todo lo que necesitan, desde descanso hasta diversión. “A mi marido Vicente y a mí nos encanta salir a navegar con nuestra lancha y disfrutar de sus aguas limpias y cristalinas.”
“Javea es intensa en relaciones de amistad”, dice Toni Jordán. Nos gusta ir a las calas, perdernos los domingos por la tarde en el mercadillo de Jesús Pobre y descubrir nuevos sitios para comer o cenar, preferiblemente junto al mar. En agosto es indispensable acudir a la fiesta ochentera del Molí Blanc”.
Javea tiene además algunas de las casas más bonitas de la costa, como la del interiorista Carlos Serra o Cala Sardinera, la casa de Rosa Castellví diseñada por el arquitecto Ramón Esteve.
El pueblecito marinero de Moraira es otro de los destinos favoritos.
A Laura Gallego le gusta por su tranquilidad y por sus paisajes. “Me encanta leer bajo un pino, es un día a día muy dulce que suele terminar no muy tarde tomando algo frente al mar.”
Zdenka Lara también tiene casa en Moraira. “Nos enamoró por sus vistas al Portet y por la sombra natural de los pinos, que son como un gran toldo en la parcela”.
Si para unos Javea o Moraira no tiene nada que envidiar a Saint Tropez, los que veranean en Benicassim, como Delia Barral, no la cambian por nada del mundo. “La zona de las Villas es muy tranquila, todos nos conocemos y el día es muy agradable: playa, baños de mar, salidas en barco desde el náutico de Oropesa o recorrer la vía verde.”
Paula Alcón dice que Benicassim es como el Biarritz valenciano. “Me encanta desayunar  en las terrazas frente al mar, pasear frente a las villas, ir a la playa y salir a cenar con amigos a las tasquitas del pueblo”. Paula se ha llevado este verano su Cool market al Club Palasiet y reparte el verano entre Benicassim y las islas “de cala en cala y disfrutando de la maravillosa gastronomía isleña”.
No es la única valenciana que cruza a las islas en verano. Sobre todo si tienen barco, como el artista Lu Gorritz, que pasa un mes navegando por Formentera y Mallorca, el arquitecto Ramón Esteve, el empresario Luis Fernández y el estilista Alex Jordán que pasan semanas en Ibiza.
Si unos son de Javea toda la vida, otros son de Ibiza de toda la vida. Es el caso de María Gómez-Polo, que va desde hace años y tiene buenos amigos. “Me encanta pasear por Marina Botafoch y por el pueblo”.
Para vacaciones de lujo, las de María José Lladró, que tiene casa en una de las zonas más exclusivas de Mallorca, entre el Puerto de Andraxt y La Mola. “El ambiente aquí es maravilloso porque viene la clase alta de Europa a la que no le gusta exhibirse sino descansar, bañarse en aguas fantásticas con grandes pinadas, comer productos frescos y pasar inadvertidos. Me siento muy identificada en este ambiente. El pueblecito que me apasiona es Valldemossa, donde Michael Douglas y su primera mujer tenían su casa.”


lunes, 3 de abril de 2017

Las bicicletas no son para el verano

La izquierda política valenciana tiene un sueño; una Valencia sin coches, donde todo el mundo se mueve en bici; una ciudad con huertos ecológicos, galletas integrales, calles peatonales con músicos callejeros y puestos de comercio justo. Ese sueño se enfrena ahora a un reto: llega el verano. ¡Ja!, a ver ahora qué hacemos. Esto no es Copenhague y en cuanto pegas cuatro pedaleadas notas que una gota de sudor se ha desprendido de tu frente y amenaza con manchar tu blusa de seda. Qué haces entonces, te paras bajo la sombra de un árbol hasta que repongas, te metes en una tienda con aire acondicionado, o sigues tu camino y te presentas delante de tus clientes con la blusa empapada y les explicas que esto es la modernidad. Buff, no sé.
Las que quieran ir integrándose en el universo riboniano, tienen varias citas a la vista. La semana que viene, el día 5, se inaugura la Ruzafa Fashion Week. No sé por qué se empeñan en ponerle nombres ingleses a las semanas de la moda, como si alguien de NY montase una fiesta en Central Park y le llamase Nit d’Albaes a la Gran Poma. Habrá un outlet de zapatillas Munich –que para compensar se llama Munich Mercat- clases de funky y hip-hop gratuita y actividades para dar visibilidad al barrio.
Esta semana también se presentó en Valencia uno de los festivales más afines al estilo de vida compromisiano, Palo Alto Market Fest. Se celebrará el mes de mayo en Viveros, pero para abrir boca, los organizadores montaron un aperitivo en Tapinería y contaron que la próxima edición tendrá mucha música en directo, moda, comercio de proximidad y también productos de la huerta de Valencia.
Ya estamos en primavera, chicas. Valencia se anima después de varios meses de hibernación. El jueves, la diseñadora Bárbara Torrijos presentó en La Turqueta, el restaurante de moda, su colección de vestidos de cóctel y fiesta. En lugar de modelos, desfilaron blogguers valencianas: Marta Handrich, Carmen Poveda, Cristina de Trendy, Inma Montalva, Malu Gil y Ana García Ribera. El calzado lo puso la zapatería Yacare, las joyas Lavani y los tocados Tousette. Las que tengan alguna boda a la vista pueden aprovechar el outlet que monta Tousette a partir de mañana y hasta el sábado.
Esta semana también abrió Brookville en la calle Lauria, una tienda de lo más estilosa de ropa para jovencitas. Y Eva Gallego acaba de inaugurar en la calle Salamanca Bday, una tienda con un montón de complementos para fiestas: flores naturales, invitaciones, decoración, catering, vasos y platos, letras grandes, tarros de cristal y muchísimas pijaditas monas.
El jueves también hubo exposiciones de arte a gogó. Javier Calvo inauguró en la Sala Cuatro su muestra de pintura de pequeño formato. Allí estuvo con amigos como la interiosta Amelia Delhom, Mariló Mascuñán, José Garnería, Ruth de la Puerta, María Navarro, Lu Gorrizt, Helena Calvillo y la fotógrafa Asun Bonilla. El pintor Jarr llevó su exposición itinerante a Algemesí y un poco más lejos, en Silos, Vicente Colom expuso sus dibujos a plumilla de capitales en el claustro del monasterio. María José Navarro, Mayrén Beneyto, Vicente Simó y Antonio Miguel Méndez.
En la inauguración estuvo acompañado por amigos como
Y la que viene también está completa. Además de Ruzafa Fashion Week, del 6 al 8 de abril abrirá el rastrillo solidario de ropa Intropía con Manuela Velasco como madrina. Será en el palacio de la exposición y habrá ropa con descuentos de hasta el ochenta por ciento, música en directo y sorteos, todo para ayudar la Fundación Pequeño Deseo. El jueves habrá cóctel en la tienda francesa Bas&h y también inaugurará su nuevo espacio la joyería Sie7e en Hernán Cortés. Preparad las bicis, chicas.

martes, 21 de abril de 2015

Mayo vuelve a sonreir

La salud económica de un país podría calibrarse por el boato que se le da a los banquetes de la Primera Comunión. Cuando las cosas van viento popa, verbigracia los años en los que las tarjetas de crédito rezumaban por las costuras de nuestros bolsos, las comuniones rivalizaban con las bodas: menús de sesenta o setenta euros y varias docenas de invitados. Ibas andando por la calle y en cuanto te descuidabas, te cruzabas con una amiga que no veías desde que tenías novio y ¡pataplán!, te invitaba a la Comunión de su hijo. Por supuesto, se celebraba en último hotel de lujo que se había inaugurado para dar cobijo a los dueños de los megayates que se esperaban para la Copa América. Y allá que te ibas tú, a consultar el saldo de cada una de tus tropocientas tarjetas, a ver si rascando un poco de cada una, equipabas a la familia para el evento.
De ahí pasamos a la celebración familiar: poquita cosa, una paella y poco más, que el niño no crea que el dinero llueve del cielo. Te enterabas de que el hijo de tu mejor amiga había tomado la Comunión quince días después: “(…) Hicimos una cosa muy para los de casa porque no nos apetecía todo el rollo ese del hotel”. Y tú asentías con la cabeza y pensabas, ¡uff!, de la que me he librado; si ésta me llega a invitar, me quedo sin peluquería tres meses.
Ahora estamos en un término medio: menús aseados y una lista de invitados muy ajustada. Vamos, lo de toda la vida, lo que nos hicieron a nosotras allá por los años setenta y ochenta.
Lo que no ha cambiado prácticamente nada es el equipamiento familiar: traje de comunión para los niños, vestido de cóctel para la mamá, el papá se pone el mismo traje azul marino de la comunión del mayor y los niños cada uno de un estilo, que ya no se lleva que vayan perfectamente conjuntados.
De moda infantil sabe un rato José Vivó, que acaba de trasladar su tienda de niños Cristina al número 11 de la calle Sorní. La tienda es una monada, con ladrillo cara vista, enormes escaparates de cristal y un montón de luz natural. Jose fue de los primeros que trajo a Valencia firmas que rompían con la tradición de vestir a los bebés de azul y rosa pastel o llenar a las niñas de flores Liberty. En Cristina hay camisetas roqueras, vestidos hippies y pantalones surferos, mochilas de piel con flecos y firmas tan chulas como Stella McCartney Kids, Finder in the nose, Maison Scotch o Bellerose, que arrasa en Centroeuropa. Además, el propio Jose diseña una colección de ropa de ceremonia que huye del típico vestido de comunión pero sin llegar a romper con la tradición. Que vayan monas pero sin excesos.

La que más y la que menos, este mes tiene alguna comunión o boda y eso los diseñadores lo saben. Bárbara Torrijos organizó el viernes un desfile en el Mercado de Colón con toda su colección de primavera: vestidos de cóctel, faldas lápiz, pantalones palazzo de gasa (de esos que parecen faldas pero son pantalón), estampados y color, mucho color.
Las joyas del desfile, de Argimiro Aguilar, fueron piezas muy veraniegas en plata con piedras swarovski moradas, rosas y azules. Esta temporada hay que huir de los grises, chicas. Para muestra, el último escaparate de Lourdes López en Patos: dos vestidos de Azzedine Alaia, uno verde y otro rojo, combinados con bolsos en contraste rojo y verde, ¡una pasada!


Para escaparates, los que montaba Enrique Lodares cuando tenía la tienda en Marqués de Dos Aguas. Lástima que ya no podamos ver sus vestidos de cóctel, aunque sus clientas lo siguen fielmente en el taller de la calle La Paz. Esta semana recibió el premio Aguja Brillante del Gremio de Sastres y Modistas con una cena de gala en el Ateneo Mercantil. Allí estuvo su presidenta, Carmen de Rosa, el presidente de los sastres y modistas, Fran Tochena, y mucha gente del gremio felicitándole.

martes, 17 de septiembre de 2013

Digan lo que digan

El viernes por la noche Raphael estará en el Palau de les Arts de Valencia. Vendrá a la Gala de los Premios Telva a las Artes, Ciencias y Deporte. Allí estará también lo más granado de la vida política y social valenciana. Quién sabe, igual nos canta algo. A lo mejor coge el micrófono y nos canta eso de: “Más dicha que dolor hay en el mundo; más flores en la tierra que rocas en el mar; hay mucho más azul que nubes negras y es mucha más la luz que la oscuridad. Digan lo que digan los demás”. Ya me veo al bueno de Raphael, con su temperamento y su inagotable seguridad en sí mismo, mirando a nuestro Presidente y cantándole: “digan lo que digan los demás son muchos, muchos más los que perdonan que aquellos que pretenden a todo condenar”. Y a nuestro President asistiendo con una sonrisa y pensando: cuánta razón tiene este hombre.
Raphael recibirá el premio a la Artes; vendrá con toda su familia, su mujer Natalia (qué elegante es esta señora), sus hijos Manuel y Amelia Bono, Jacobo y su mujer la actriz Toni Acosta y su hija Alejandra con su marido Álvaro Arenzana. Los otros premiados de la Gala este año son el doctor Valentín Fúster, premio a las ciencias y Marc Márquez, del deporte. Nuria Roca será la presentadora y entre los invitados ya se sabe que estarán Jaime de Marichalar (cómo te echamos de menos, querido Marichalar), Fiona Ferrer y las ex directoras de Telva Covadonga O'Shea y Nieves Fontana. Igual también se animan Paloma Segrelles y la Duquesa de Fernandina. Bueno, y seguro que vendrá la redactora jefa de moda Maite Sebastiá y apuesto mis únicos zapatos de Prada a que llevará un vestido de Juan Vidal.
Bueno, ya os contaré. A mí ahora lo que me preocupa es conseguir mi foto con Raphael, que quiero renovar mi perfil del Whatsapp y Facebook y quiero que me veais todas cogidita del brazo del que fuera ídolo de nuestras madres y ahora lo es de más de una de nosotras. Si consigo la foto, en el estado de Whatsapp voy a poner: “yo soy aquella” y que se chiflen mis viejas compañeras de universidad que hace veinte años que no ven.
La cena de gala de Telva coincidirá el viernes con una de las jornadas de desfiles de la Valencia Fashion Week, quizá la mejor. Desfilarán los diseñadores Javier Villajos, de Javier y Javier, y Adrián Salvador y Lucas Zaragosí.
La semana pasada, la diseñadora Bárbara Torrijos presentó en su tienda de Cirilo Amorós su nueva colección. Bárbara ha elegido otro camino fuera de las pasarelas de moda, y a pesar de ello sus colecciones ya se venden en 70 tiendas multimarca. El secreto: un producto de calidad, a un precio muy ajustado y sin más pretensiones que servir de fondo de armario a una mujer que trabaja y que necesita ropa ponible para todos los días, cómoda y estilosa.
Cerca, en el calle Jorge Juan, acaba de abrir Brownie, una tienda de ropa que compite en el mismo segmento que Ese o Ese: ropa juvenil y relajada, prendas básicas de algodón y punto, vaqueros, camisetas, sudaderas y rebecas envejecidas como si llevasen toda la vida en el armario. El lema de Brownie es frescura, comodidad y sencillez. El de Ese o Ese, ropa cómoda, natural y confortable. Vamos, primas hermanas. La nueva tienda es una monada, con una decoración entre rústica, bohemia y artesanal. Hay una de billar, una vieja vespa y sacos de trigo que parecen sacados de la casa de la pradera.

Brownie será un exitazo seguro. A las jovencitas les chifla esa ropa y las mamás acabamos copiando el estilo de nuestras hijas porque no queremos llevar cosas que envejezcan, así al final, todas vestimos igual. El estilo de las mamás de hoy poco tiene en común con el de nuestras madres, aunque siempre hay excepciones. A ellas les volvía loca la música de Rafael. Y a nosotras también.