martes, 4 de junio de 2013

Pon un coach en tu vida

¡Qué horror de primavera!, frío, lluvia y viento. Parece que los astros quieran ensañarse con nosotros y justo cuando peor está nuestra economía y nuestro ánimo colectivo, va y nos mandan un mes de mayo que ha “febreado” todo lo que le ha dado la gana. Como esto siga así, todas vamos a necesitar un coaching manager que nos ayude a controlar nuestras emociones, para que no caigamos en la tentación del exilio o algo peor. Necesitaremos, como nuestro President Alberto Fabra, alguien que venga y nos diga “Tranquila no te hundas, que el secreto del éxito está en ti misma. Busca en tu interior, seguro que ahí dentro encuentras el sol, el calor y los agradables atardeceres primaverales.”
No sé, quizás funcione. Lo malo es lo de los dieciocho mil que hay que pagarle; adiós a las compras de un par de temporadas, claro que a lo mejor también nos cura la dependencia consumista. Quizás por ahí dentro, además de sol, hay un antídoto contra el ansia de renovar nuestro fondo de armario.
En fin, mientras buscamos nuestro coach vamos a confiar en que junio compense los sinsabores climáticos de mayo. Por lo pronto tenemos una terraza ideal para ir aclimatándonos al verano: la del Ateneo.
El Ateneo Mercantil es uno de esos edificios históricos con más personalidad de la ciudad. Por sus escaleras y salones ha pisado lo más granado de la sociedad valenciana: prohombres, grandes empresarios, políticos, intelectuales…sin embargo, en los últimos años sufría una lenta decadencia, con falta de socios jóvenes.
Su presidenta, Carmen de Rosa, se ha empeñado en rejuvenecerlo y va camino de conseguirlo. Su último proyecto es convertir su ático en una de las terrazas más glamourosas de la ciudad. El ático, que hasta ahora estaba desaprovechado y eso que tiene una de las mejores vistas de Valencia, se ha reformado con una estética cosmopolita: tarima de madera en el suelo, sillones blancos de diseño y música chill-out para tomarte un gin-tonic, una cervecita después del trabajo o un brunch a media mañana.
El jueves se inauguró con una fiesta de lo más concurrida, y eso que era una lista cerrada de invitados. Pues no debió de fallar ni uno, más de trescientos había en la terraza, entre ellos, los diseñadores Francis Montesinos, Valentín Herráiz y Presen Rodríguez, que abandona la calle Sorní y se muda a un coqueto atelier en Pizarro 14; la fallera mayor de Valencia Begoña Jiménez y su corte de honor; Fernando de Rosa, Javier Gómez-Ferrer, el profesor Santiago Grisolía con su mujer, los hermanos Agramunt Sáez Merino con su madre Carmen Sáez Merino, Chimo Maldonado, Mayayo Gómez Lechón, Susana Pérez Manglano, Ana Brugger, María José Albert y Amparo Moreno, Beli Botella, Begoña Císcar...
El Ateneo Lounge abrirá todos los días de 1 del mediodía a 3 de la mañana y tendrá una entrada independiente por la calle Moratín, al estilo de los clubs privados neoyorquinos. Será perfecta para las noches de verano, si es que este año tenemos verano. Unos meteorólogos aguafiestas dicen que este año será el más frío y húmedo desde 1816, ¡jolines, vaya tela, sí que vamos a necesitar un coaching!
La terraza del Ateneo sólo puede competir en vistas con la del hotel Eyre Astoria, que tiene una de las mejores panorámicas de la ciudad, pero solo abre para eventos puntuales. Precisamente allí, el hotel celebró el mismo jueves el aniversario de su club Astoria and Friends. El tema de la fiesta era “flower party” y el dresscode ibicenco. Entre los invitados, Concha García Campoy, Quico Catalá, Blanca y Laura Fitera, que protagonizará en septiembre uno de los reportajes de Samanta Vilar, ¡qué valiente!, el diseñador Adrián Salvador, las presentadoras Susana Remohí y Laura Grande, Mª Dolores Enguix de la Optica Climent, María José Duart

Hay más terrazas, muchas más y ahora lo que toca es recuperar el tiempo perdido en mayo. Salgamos a la calle, bebamos gin-tonics y busquemos el éxito en nuestro interior mientras nuestro exterior recibe la dulce brisa de la primavera.

martes, 28 de mayo de 2013

Aznar y la cerveza Turia

¿Qué tienen en común Aznar y la cerveza Turia? Que los dos han emergido de su olvido esta semana y a más de uno le han hecho añorar tiempos pasados. El ex presidente, con un entrevista que ha zarandeado las conciencias peperas. La cerveza, con un relanzamiento de su marca. 
Chicas, ¿os acordáis de la cerveza Turia? Las más viejas del lugar seguro que aún recuerdan aquellas tardes en Tascas (en el barrio de San Bult) o en Pamplonicas (Cánovas), cuando al botellón se le llamaba litrona de la que bebíamos todos a morro. Por aquel entonces Heineken nos sonaba al nombre de un filósofo alemán y si nos hubiesen preguntado por Voll-Dam habríamos dicho que no nos gustaba el heavy metal.

Aquellas litronas eran Turia y los que se las daban de entendidos en cerveza intentaban diferenciarla del Aguila, que era su única competencia. Al final los catalanes de Damm se quedaron con la marca Turia y la relegaron al duro mundo del barril, desde el que la marca fue poco a poco cayendo en el olvido. Pero hete aquí que esta semana, justo el día después de que Aznar nos recordase que el pasado sigue vivo, los chicos de Cul de Sac, por encargo de Damm, han relanzado la vieja marca cervecera. Si Aznar ha renovado su imagen quitándose el bigote, la cerveza ha modernizado su etiqueta con las Torres de Serranos.

En Cul de Sac, que de tendencias saben un rato, dicen que ahora se vuelve a valorar la riqueza de los productos locales, con su historia, peculiaridades y sabores distintos. Y deben tener razón, fíjate en la L’Alqueria Blanca. De repente, descubrimos que la historia de la familia Falcó y los Pedreguer nos interesaba tanto como los líos de Angela Chaning. Por cierto a ver cuándo estos chicos de Canal 9 sacan cuatro euros y la vuelven a emitir, porque si no están para estas cosas, habrá que preguntarse para que están.

El lanzamiento del nuevo botellín se hizo este jueves con una fiesta en una pop-up-store (tienda efímera) abierta en Martínez Medina, en Marqués de Dos Aguas. Una parte de la tienda se ha reconvertido en “Casa Turia” y allí se venderán en exclusiva y durante unas semanas los botellines de cerveza y merchandising (vasos, bolsas de tela…).

A la fiesta acudieron Jorge Bretón y Javier de Andrés, de la Sucursal, el arquitecto Ramón Esteve con Maite Sebastiá (Telva), el torero Vicente Barrerá y su hermana Esther, Silvia Escolá, Carlos Pascual y Elena Ravello, Silvino Navarro y Lucía Morales, Bárbara Jiménez de la Iglesia del catering Cocotte, Jose Miguel Piquer, Rosana Oliver de la agencia Araventum, Valentín Sanchez Arrieta, de Valen&Cía, Sonsoles Gómez Torres y Fernando Cerveró, el arquitecto Rafael Alcón, Cuchita LLuch, Ricard Camarena, Amparo Martínez Medina, Lucía y Paloma del Portillo

Después, muchos invitados se acercaron hasta la tienda de Hugo Boss, que esa noche celebraba los veinte años de su firma Hugo. Además, fueron Enrique Lodares, Paola Dominguín, Chema Lafuente y la dicharachera María Abradelo.

Y el mismo jueves abrió el Mercado de Tapinería en Ciutat Vella, en las plazas Guillen del Rey y Cobertizo de Santo Tomás. Es un espacio con encanto en una plaza peatonal que alberga tiendas efímeras, un bar y un centro cultural. Cada dos semanas, cambia la decoración, los productos de las tiendas y los talleres. La temática de la primera convocatoria es “Destapate”: colecciones de ropa de verano de las firmas UKE, Le Spot Shop, Miguel Palacio, Marta de Diego, Bambola, Salomé Joyas, los cosméticos Mary Kay… La fiesta de inauguración fue divertidísima, con gominolas, palomitas, patatas y cerveza a tutiplén. ¡Y abre hasta en domingo!

Estos días es un no parar de fiestas y cócteles. José Carlos González y Antonio Belarte, de la firma Plattia, inauguraron su nueva tienda en Ciscar 45, con una colección de joyas en plata y bronce de lo más estilosas. Y Rocío Bacharach presentó la colección de joyas de Marina Danko en el Hospes Palau de la Mar, piezas con mucho color elaboradas con piedras semipreciosas perfectas para el verano. Se venden en Weekend, junto con las sandalias a la carta Verde Esmeralda y los tocados de Mimoki. A la presentación fueron Pepa Navarrete, Belén González Barranca, Teresa Palacios, Amparo López, Beatriz Pechuán y Mimi Puigmoltó.

lunes, 20 de mayo de 2013

Podemos vivir 120 años

Nos van a volver locas: la ciencia lucha por alargar la esperanza de vida y al mismo tiempo los cánones de belleza se empeñan en estigmatizar cualquier síntoma del paso de los años. Nuestras madres trataban de parecerse a nosotras, quizás nosotras algún día tratemos de parecernos a nuestras tataranietas.
Alfredo Bataller es el dueño del Sha Wellness Clinic, ya sabéis: esa clínica spa que está cerca de Benidorm y que frecuentan, entre otros, la jequesa de Qatar y Naomi Campbell. El jueves organizó una comida en el Westin: gazpacho de escarola (el tomate está prohibido en la dieta macrobiótica), tataki de atún con rissotto de hongos y de postre bizcocho de lima y helado de canela ¡sin un gramo de azúcar!


Bataller glosó las gracias de la comida macrobiótica que sirven en su spa y en una de aquellas nos dijo que nuestro cuerpo está preparado para vivir 120 años… Muerta matá, me quedé: ¡¡¡120 años, Dios mío!!! los fabricantes de botox se van a poner las botas como alarguemos la vida hasta los 120 años. ¿Cómo conservar la textura del cutis más de un siglo?, ¿Cómo frenaremos el crecimiento de las ojeras a partir de los noventa?; y el pelo, ¿qué me decís del pelo?, a ver quién es la guapa que para entonces mantiene una melena con una pizca de su color natural.

Ya me estoy viendo en el Casino de Agricultura jugando la XXXIX edición del torneo de parchís con un grupo de amigas que nos conocimos hace cuarenta años, cuanto teníamos ochenta y creíamos que aquella primera edición quizás sería la última en la que estaríamos todas juntas.

Pues Bataller está convencido de que con la dieta macrobiótica y terapias alternativas fusionadas con la medicina convencional podemos llegar a los ochenta en la plenitud de la vida y allá dónde va transmite convencido su descubrimiento.

En el almuerzo del jueves ejerció de anfitrión con su hijo Alejandro y con Carlos García-Calvo. Entre los invitados, Mayrén Beneyto con una chaqueta de Prada ideal, María Leon, Consuelo Císcar, Cuchita Lluch, delgadísima después de pasar por el doctor Sopena; Paola Dominguín, que no necesita ponerse a dieta, y su diseñador favorito, Francis Montesinos; Juan Andrés Mompó, que cada día corre tropecientos kilómetros y está ágil cual gacela; Presen Rodríguez, tan alegre que es como un antidepresivo; Nacho Gómez-Trenor, el diputado Toño Peral y el economista Luís Caruana.

Estuvo Verónica Montijano con su marido José Luis Vilanova, súper estilosos los dos, y la madre de Verónica , Ana García, habitual del Casino de Agricultura donde no se pierde su partidita diaria de bridge con sus amigas; y el estilista Víctor Alonso; y Lola Narváez, y José Cosme, tan gentleman como siempre, y las estupendas Carmen Altea, Amparo Lacomba, Carmen Topete y María Teresa Monsonís, Ana Varela de Chapeau, Esperanza Vila, Vicen Fernández y Cristina Aparici, y artístas como Nanda Botella, el escultor Miquel Navarro y el pintor Vicente Peris.

Al almuerzo fue Valentín Herráiz, que el miércoles presentó en su estudio su nueva colección de gala. Vestidos largos con bordados, chantillís, lentejuelas, tules, volantes y plisados en colores blanco y negro con beiges, nudes, oro y plata. Valentín expuso además la colección de pinturas "Pasarela" de Vicente Peris, un trabajo sobre la desfiles de moda con lienzos de gran formato, y las esculturas de Vicente Ortiz, de madera, mármol y hierro, con volúmenes tan especiales que dan ganas de acariciarlas.

El catering lo sirvió Carmen Topeté y el champagne fue Moët. Invitados, muchos de los que se encontraron al día siguiente en la comida del Westin, como Carlos García-Calvo y Cuchita Lluch, y otros que no: Charo Sainz, Amparo Royo, Emilio Carbonell, Agustín Morera, Merche Villar, Belén Aliaga, Eugenia y Conchita Cañamás, Sara Guazo y Chimo Serrano, Vicente Colom, Enma Amutio, María Ángeles Miguel, Lourdes López y Javier Verdeguer, de Patos, y Javier Monedero.

En fin, que os dejo pensando en cómo será vuestra vida dentro de 80 años. Puede que nuestro cuerpo esté programado para ello, pero eso supondría una revolución en las relaciones personales, para empezar en el matrimonio que como dice un amigo, es una institución pensada para cuando la esperanza de vida era de cuarenta años, ahora que es de ochenta hay que replanteársela… Así es que si llega a ser de 120, ni te cuento.

lunes, 13 de mayo de 2013

Boda de Juana Roig y Alvaro Otero

Una vez has elegido al novio, lo más difícil del día de tu boda es conseguir que todo, desde el vestido hasta la iglesia que elijas, sea acorde con tú personalidad. El sabado se casó la hija de Juan Roig, su amor por el ballet y por la tierra que la vio nacer impregnaron la ceremonia y su celebración.
El vestido de novia refleja bien la personalidad de una mujer. Cuando tomas la primera Comunión, tu vestido refleja la personalidad de tu madre; cuando te casas, si consigues imponer tu opinión sobre madres, suegras, cuñadas, hermanas y amigas, al final conseguirás que tu vestido diga mucho de ti.
Como dice la diseñadora de novias Noelia Navarro, el vestido se tiene que adaptar al físico pero sobre todo a la personalidad y eso no siempre es fácil. Hay novias aristocráticas como reinas, otras princesas de cuentos, las hay que parecen niñas de comunión y otras seductoras actrices; a algunas les gusta sentirse ligeras para poder bailar hasta el amanecer y otras prefieren tejidos sólidos y armados que les den seguridad y aplomo.

El sábado18 de mayo se casó Juana Roig, con Álvaro Otero, hijo de Eduardo Otero, Jefe de Equipo de Cirugía Cardiovascular del Hospital Clínico. Lo hicieron en San Nicolás, lo cual ya dice mucho de la personalidad de los novios: eligieron una iglesia discreta, en el corazón de Valencia, que no hace ninguna ostentación de su belleza, de su valor artístico e histórico.

La novia eligió a la valenciana Marta de Diego para su vestido. Juana es aficionada al ballet desde niña y eso se notó en toda la boda, empezando por el vestido, entallado, de líneas puras y falda evase. El vestido era de tul de seda y gasa con bordados en cristal, nácar y unas finísimas cadenas de plata que daban relieve a la tela. Para su confección, Marta utilizó treinta metros de tul, dieciocho de encaje de Caláis y trescientas plumas, pero lo más espectacular era la espalda del vestido, con un recogido en forma de lazada de plumas, de donde salía la cola de gasa y tul.

El tocado de Antonio Romero era de plumas de cisne, como los que lleva la princesa del Lago de los Cisnes, bajo un moño de Tono Sanmartín. Los pendientes fueron el regalo de pedida de los padres del novio.

Marta de Diego vistió también a la madre de Juana, Hortensia Herrero, de largo, como todas las invitadas, con un vestido con mucho rigor en crepe de seda de un color verde azulado, de silueta marcada y con vuelo en la falda, con la espalda llena de chatones de swarovski en tonalidades degradé.

La boda fue un desfile de alta costura. La madrina, María Luisa Pérez, llevó un diseño de Lorenzo Caprile, mientras que la hermana del novio, María, uno de Alex Vidal. Hortensia Roig fue vestida de Marta de Diego y las otras dos hermanas de la novia, Carolina y Amparo, eligieron vestidos de Chapeau (un Valentino rosa nude espectacular) y Tot-hom. Verónica Montijano vistió a Maida Roig, una de las primas de la novia, con una falda y top de Etro en blanco y negro con estampado paisley. Y Elena Barber Gómez-Medeviela, consuegra de Juan Roig, llevó uno de alta costura de Presen Rodríguez.

Lo celebraron en l’Hemisfèric, y siguiendo con su particular homenaje al ballet, seis bailarinas del Conservatorio Profesional de Danza de Valencia, bajo la dirección de Gema Casino y Rafa Darder, daban la bienvenida a los invitados sobre plataformas levantadas en las piscinas de L’Hemisfèric. Jesús Barrachina sirvió el catering, flores Feliú decoró la Iglesia y l’Hemisfèric y Lorena Oliver, de Araventum, ayudó en la ambientación.

Entre los invitados, los tíos de la novia, Fernando Roig junto a su mujer, Elena Negueroles y Francisco Roig, junto a Magdalena Melchor; Trinidad Roig y Amparo Roig, junto a su marido, Andrés Morata; Paco Raga, Director General del Valencia Basket, junto a su mujer Teresa Ríos. Josep Terradellas, presidente de Casa Tarradellas, con su mujer, Anna Falgueras; el presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), Vicente Boluda, y Verónica Ceballos; el presidente de la Federación Empresarial de Agroalimentación de la Comunidad Valenciana, Federico Félix, acompañado de María José Lavech; Juan Manuel González Serna, presidente de Grupo Siro, junto a su esposa, Lucía Urbán; el empresario y presidente de EDEM, Manuel Palma; Francisco Pons, de AVE, junto a Bárbara Sancho.

martes, 7 de mayo de 2013

Rastrillos y mercadillos

Como las ventas están más bajas que una acción de Bankia, hay que echarle a la vida imaginación para levantar el ánimo del consumidor y sacarle las cuatro perras que Montoro le ha dejado en el bolsillo. Por ejemplo, un día estás en tu casa, frente a tu armario, viendo una y mil veces la ropa que cuelga de la percha y que ya tienes más vista que el torso peludo de tu marido: aquel que antaño te parecía una oda al erotismo y que ahora apartas a codazos para que te deje dormir. Miras las faldas, las camisas y las chaquetas y dices, pero qué harta estoy de vosotras, ojalá pudiese cambiaros a todas.


Pues he aquí que alguien ha inventado “De armario a armario”: tú dejas la que ya no utilizas y a cambio te llevas la que otros ya no se ponen, ¿a que es genial? Dice su promotora, Mariola Marcet, que se le ocurrió esta idea porque tenía muchas prendas sin poner prácticamente nuevas y porque siempre le había divertido compartir ropa con amigas o usar la antigua de su madre. “Inicialmente pensamos en cambiar directamente una prenda por otra, pero como es difícil coincidir en talla, vimos que era mejor canjear la ropa por puntos, para poder comprar otras prendas con ellos”.

Dicho y hecho. La próxima edición, ya van por la sexta, será en Boix Cosmetics, en Pascual y Genís. Las que quieran participar, pueden dejar la ropa los días 6 y 8 de mayo y el intercambio será el próximo sábado y domingo, de 5 a 9 de la noche.

Arantxa Botella fue de las pioneras en esto de la compraventa de ropa. Su rastrillo de la calle del Mar es un paraíso para las fashionistas con bajo presupuesto: tienes pradas, marnis, guccis, bolsos de Miu Miu… vamos, que media Chapeau acaba en el rastrillo de Arantxa, zapatos incluidos. Claro que no es lo mismo ver la ropa nuevecita, colgando espaciosa en ese espacio tan cuidado que es Chapeau, que verla usada y apelotonada como en un vulgar mercadillo. Pero, en fin, son cosas de nuestro tiempo. Por cierto, Chapeau sigue ahí, aunque para muchas sea ya casi como un sueño de la infancia. Pero hay que pasarse de vez en cuando por allí porque es como hacerlo por un museo de arte moderno, puedes ver los vestidos de Jil Sander, que por fin ha vuelto a diseñar para su firma y son la perfección de la línea, el corte y el tejido. O la última colección de Prada inspirada en Japón, con sus flores de ikebana cosidas a mano, capaces de emocionar tanto como una obra de arte contemporánea.

Si los rastrillos se están poniendo de moda, los mercadillos ya ni te cuento. La semana pasada, abrió uno en el Casino de Agricultura y este finde otro en la planta baja del Mercado de Colón. El primero se bautizó como Woman Shopping y a juzgar por el éxito seguro que repite. El del Mercado de Colón, instalado en la planta baja, ya va por su sexta edición, se llama Cool Market y lo organizan María Noguera y Paula Alcón. Puedes encontrar ropa de niños, vestidos y camisolas ibicencas, cestas de paja decoradas, collares, tocados, abalorios, bolsos tejidos a mano y tomar un aperitivo de Cocotte, el catering de Bárbara y Paula Jiménez de Laiglesia.

A los comerciantes los mercadillos les gustan lo justo, porque argumentan que compiten sin tener que mantener un local abierto todo el año, con sus impuestos, sus inspecciones y su personal, pero lo cierto es que seguirán abriendo porque son entretenidos, te pueden solucionar un domingo ocioso y encima tienen ese aire hippie ibicenco que tan de moda están poniendo las aristócratas. Ahí tienes a Tatiana Santodomingo, la futura nuera de Carolina de Mónaco, a la que le encanta vestir con ropa bohemia que parece sacada de los piriguachis. Si encima, lo que venden es barato, pues ale, mercadillos a tutiplén.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Así no hay quien viva


Juro por todas mis diademas de Hello Kity, que ya no aguanto más este estrés. Toda la semana oyendo decir que las cosas empiezan a mejorar, que ya hemos pasado lo peor, y de pronto el viernes nos dicen que tararí que te vi, que esto todavía va para largo. ¡Jopé!, así no hay quien planifique un fondo de armario. Ya no sabes si ha llegado el momento de ponerte más las prendas caras, porque pronto las podrás reponer, o si tienes que seguir reservándolas, porque todavía no se vislumbra el momento en el que tú banquero vuelva a activarte la tarjeta de crédito. De Guindos y Montoro deberían saber que este país no despegará mientras nuestros fondos de armario vivan en esa incertidumbre.
Mientras esos dos señores se aclaran, a nosotras no nos queda otra que soñar con tiempos mejores. Mayrén Beneyto, que sabe reconocer el talento, ha organizado una exposición con la obra de Juan Andrés Mompó en el Palau de la Música. La exposición se titula “Colgando de un hilo” porque los vestidos de Juan Andrés Mompó lucen sin maniquíes, suspendidos en el aire, y parecen esculturas flotantes. Mompó es un artista del volumen y las texturas. Mezcla rafias con sedas, pajas con tafetanes, espigas con tules y rasos lujosos con tela de saco. El resultado es inquietante pero exquisito. Te das cuenta de que estás delante de la obra de un artista.
En la exposición no sólo hay vestidos de Mompó. También y fotografías enmarcadas con detalles de los vestidos, bocetos de trajes y telas pintadas por él mismo. Hay bolsos y tocados que fuera de contexto parecen todavía más escultóricos, recortes de prensa y fotografías de su colección personal. Y por supuesto vestidos, más de uno cedido por clientas fieles, como Mayrén, que siempre se queda con las piezas menos convencionales, como la chaqueta confeccionada con cuerda.
La inauguración de la muestra fue el miércoles pasado. Allí estuvo Mayrén Beneyto con Juan Andrés Mompó y Ramón Almazán. Y entre los invitados, Elena García del Moral, María José Murgui, María Dolores Canós, Nanda Botella, Rappel, Laura y Blanca Fitera y Gadea Fitera, Charo Fontdemora, Jaime Brull y Lola Vega, con su hijo, Mercedes Carreras, Yolanda Iturraspe, Carmen Topete, Condesa de Altea; Marisa Monzonís, Ana Iborra, María José Navarro, viuda de Gómez-Ferrer, Maiti Moroder, Tono Sanmartín,Cristina Navarro, Pablo Noguera y Javier Monedero de las bodegas Hispano-Suizas. Fueron también artistas como Javier Calvo, Horacio Silva, Vicente Colom y José Cosme, que acompañó a su madre Presen Rodríguez.
Presen no se pierde un sarao, y menos si los organiza una amiga. El jueves estuvo en el cóctel que organizó Encarga Roig para presentar la nueva colección de Acosta en la tienda de la Plaza del Patriarca. A pesar de la lluvia, no se lo perdieron María Dolores Enguix, de la Optica Climent, Lila Albanozzo, de Il Baco da Seta, los joyeros Antonio Jordán padre e hijo y Vi Pamblanco.
Presen contó que tiene clientas que vienen desde Madrid para encargar sus vestidos. Con la de tiendas que hay en Madrid, ¿por qué buscar su vestido en Valencia? Porque se conocen de memoria las colecciones de las primeras firmas de lujo y buscan ropa distinta con la que puedan epatar en la próxima fiesta, sin temor a que alguien pueda repetir el modelito. Además, el plan no puede ser más chachi, cogen un AVE el viernes, se pasan a la prueba del vestido y ale, todo el finde a disfrutar del mar en el Hotel Las Arenas.
Presen está convencida de que aquí hay mucho talento pero que no nos lo creemos ni nosotros mismos. Y no va desencaminada. Ahí está el diseñador Juan Andrés Mompó, que si hubiera vivido en París o en NY sería considerado uno de los grandes creadores de la costura del mundo mundial. De Mompó todo el mundo habla bien. Así es que mientras esperamos que vuelvan las largas tardes de compras, siempre podremos apañarnos con cualquier cosa e ir a ver esa exposición.

Foto (Eva Ripoll): Mayrén Beneyto y Juan Andrés Mompó

martes, 23 de abril de 2013

La penúltima ceremonia


A lo largo de la vida hay pocas ocasiones en las que una es la protagonista de una fiesta ceremoniosa. En realidad hay tres o cuatro: tu comunión, tu boda, la comunión de tus hijos y la boda de tus hijos. Queda una quinta, como decían en “Cuatro bodas y un funeral”, pero de esa  mejor no hablar porque es la de tu último adiós y no estarás para juergas. Así es que de las cuatro ceremonias que nos reserva la vida, la mayoría ya nos hemos chupado dos y al paso que van cosas es muy probable que nuestros hijos no nos den la oportunidad de disfrutar la cuarta, porque muchos de ellos nunca se casarán y si lo hacen será con menos boato del que le pusimos nosotras. Vamos, que el que no decida vivir permanentemente en el pecado, se casará cuando ya lleve años conviviendo con su pareja y su boda consista en poco más que una comida familiar.
Sé que esto es una comida de tarro, pero qué queréis que os diga, me la dijo una amiga hace un par de semanas y desde entonces no me la quito de la cabeza cada vez que alguien me habla de la comunión de alguno de sus hijos. Moraleja: si tienes algún hijo que vaya a tomar la comunión, echa la casa por la ventana y vive el día intensamente, que probablemente sea la última ceremonia de tu vida en la que tengas cierto protagonismo. 
La parte más frívola de todo este lío es que se nos acaban las excusas para ponerle especial interés a comprar un vestido, unos zapatos o para atrevernos a salir de casa con un tocado. No sé, quizás por eso esté tan de moda celebrar las bodas de plata.
Estos días muchas tiendas de Valencia organizan saraos para enseñar sus colecciones de ceremonia. El jueves lo hizo VM The Shop, la tienda de Verónica Montijano y José Luis Vilanova. La fiesta fue en la terraza del Hospes Palau de la Mar, un hotel prácticamente desconocido hasta hace poco, al que su directora Patricia García está empezando a abrir a la sociedad valenciana.
En el cóctel, dos modelos jovencísimas, Cristina Duato y Araya Frasquet, desfilaron con vestidos de fiesta Beatriz de la Cámara, tocados del genial Philip Treacy, joyas de la sevillana Rocío Porres y los famosos zapatos manolos. Vamos, el estilismo perfecto para triunfar en una ceremonia.
Entre las invitadas, Esther Barrera y Alejandro Cerdá, Esther Simó con Mimi Puigmoltó, Liana Rios, Pilar Devesa y Mara Teresa Monzonis, Carmen Topete, Ana García Bernia y Nuria Vilagrasa, Pilar Lucas, Rosa Córdoba, Angeles Pascual y Jorge García, Ramón Puchades, María Cosín y Gonzalo García Miranda, Belén Gonzalez Barranca y Fernando Pascual, Amparo Lacomba, el grupito de Ana Brugger, Rocío Andrés, Carla Peiro y María González, Silvia Alonso y Rafa Aleixandre, Amparo Ortuño, Amparo y Ana Barrachina. Y las estilosas Silvia Escolá, Cuchita Lluch, Esperanza Vila, Juana Camps y Beatriz Pechuán.
Al cóctel fueron señoras estupendísimas como Elvira Catalá y Magui Alonso, Mai Noguera, Rocío Bacharach y señores tan elegantes como el sastre Antonio Puebla, Pedro García Mocholí, el periodista Carlos García Calvo, el diseñador Valentín Herráiz, Alberto Martínez, de Cul de Sac... También estuvo Yolanda Fitera y la bloguera Macarena Gea, José Moreno de Armando Martínez, Maite Sebastiá, de Telva, y Reyes Hellín, que distribuye los tocados de Philip Treacy en España
Se nota que Verónica y José Luis vienen del diseño porque no podía estar todo más cuidado: la música, el incienso perfumado, vinito Novavila y champagne, las mesas con bodegones de fruta, flores de Rovi, zapatos de Manolo Blahnik y detalles decorativos, el catering de Bárbara Amorós y hasta los corners con delicatessen de Deli Delit y jamoncito de Manglano.
La sorpresa de la fiesta fue la máquina smile you, un invento que distribuye Lola Narvaéz y que es como un fotomatón de diseño retro donde posas como una famosa y tienes tu foto al instante.

miércoles, 17 de abril de 2013

Colón ya no es lo que era

Un bolso es a la mujer lo que un coche al hombre. Es una seña de identidad, un fin en sí mismo, la mejor forma de gastar el dinero que no se necesita para lo más básico. Ellos, cuando van a comprar el coche, hacen sus números: consumo, precio de combustible, años de vida y unos cuántos rollos más con los que tratan de atraer nuestra atención para que les ayudemos a elegir modelo. Y ahí estamos nosotras, tratando de interesarnos por la diferencia entre los cilindros en “uve” o en línea. A ellos les pasa lo mismo con nuestros bolsos, son incapaces de diferenciar un “neverfull” de un bolso de playa. Los años de matrimonio sirven, entre otras cosas, para que al final ellos compren el coche y nosotras los bolsos sin consultarlo el uno con la otra y viceversa.


El caso es que nosotras, cuando vamos a comprar, también hacemos nuestros cálculos. Nos cuesta menos achicharrar la tarjeta de crédito comprando un bolso que comprando un vestido; ¿por qué?, pues porque nos lo ponemos más veces, cada puesta nos sale más barata. Es una verdad de Perogrullo que rara vez te dice un diseñador de moda. Ellos están más a las tendencias y a la inspiración. La única explicación que encuentran a la falta de venta de sus productos es que el público no les entiende o que no saben apreciar lo bueno.

Pero hay algún que otro diseñador que sabido complementar su alma creadora con ciertas dosis de visión empresarial. A ellos suele acompañarles el éxito. Un buen ejemplo es Javier Simorra, que vende su ropa por medio mundo y que estuvo el jueves en Valencia para inaugurar su tienda de Jorge Juan. Se ha ido de Colón porque dice que ésta es una calle muy de paso, muy tipo Oxford Street donde lo que funciona es un producto popular de venta rápida tipo Zara, HM, Mango y demás. Mientras que Jorge Juan es más tipo New Bond Street, con tiendas de firma, compras más relajadas y un público más fiel a la marca. Ese cambio, según Simorra, se ha producido en muy pocos años.

Conoce a su público tanto o más que el jefe de marketing de una firma de coches, por eso dice que el target femenino no depende de su edad, de su estilo ni de su interés por la moda, sino simple y llanamente del límite de la tarjeta de crédito.

Para inaugurar su tienda, Simorra montó una gran fiesta con más de trescientos invitadas, había algún que otro hombre que parecía tan arrastrado a la fiesta como si su chica estuviese en la presentación de un motor de seis cilindros en uve.

Entre las invitadas, Nuria March, que lleva la comunicación de la firma; Cristina Vivíancos, Loreto de Rojas, Esther Barrerá, Cristina Cisneros, Coté Maldonado, Marta López Ana Brujer, la estilosa Sonsoles Gómez-Torres, Elena Rabello, Salomé Corell, Marta Faunell, Tita Senent, Tina Rautenstrauch, Sara Giménez, Esther Barrera, las hermanas Rosa y Lorena Oliver, de Araventum, Laura Fitera, Amparo Giménez, Juana Roig y María Cosín. Suerte que la tienda es amplia y el catering de las hermanas Jiménez de la Iglesia fue abundante, porque trescientos invitados ya es cosa seria.

Estuvo también Verónica Montijano, que ha organizado para el jueves que viene un cóctel en el Hotel Hospes. Presentará la nueva colección de fiesta de Beatriz de la Cámara, las joyas de Rocío Porres, los tocados de Reyes Hellín y Philip Treacy y los zapatos de Manolo Blahnik. Vamos, las firmas top para vestir perfecta en la temporada de bodas y ceremonias que empieza desde ya.

A este ritmo, el Hospes Palau de la Mar va a reemplazar a otros ilustres hoteles en cócteles glamourosos. El fin de semana pasado, en la terraza del hotel se celebra el mercadillo benéfico de la Fundación Dasyc. Treinta puestos donde podías comprar desde gafas de sol, collares, cosméticos, ropa y complementos de Lexter, ropa infantil, collares, fulares… ¡y por una buena causa!

lunes, 8 de abril de 2013

De sexo en NY a Dowton Abbey


La firma de cosméticos Kiehl’s acaba de inaugurar tienda en la calle Colón. La fiesta de inauguración da para hacer un ensayo sociológico sobre cómo hemos cambiado. Hace cinco años, para inaugurar su tienda de Conde Salvatiera, levantó una enorme carpa junto al Mercado de Colón, invitó a más de cien personas y se trajo a Ana Torroja de madrina. Como Kiehl’s es neoyorkina, el cóctel se inspiró descaradamente en la serie Sexo en NY: treintañeras con taconazos y cuarentones con traje chaqueta sin corbata y aires de triunfador tomaban cosmopolitans jugando a ser Carrie y Mister Big. En aquel entonces, en abril de 2008, con la resaca de la Copa América, todavía nos creíamos el centro del glamour mundial.  Habíamos cambiado el carajillo por el Moet y el almuerzo por el brunch. Era el último coletazo de un sueño; aquél en el que creímos que Valencia había dejado de ser la capital de la Huerta para convertirse en una réplica de Nueva York a orillas del Mediterráneo.
La de inauguración de esta semana fue muy distinta; todo fue mucho menos yanqui y mucho más british. En vez de inspirarse en un capítulo de Sexo en Nueva York con treintañeras coqueteando en un bar de Manhattan con yupis de dinero fácil, recordaba a una tarde tomando el té en Dowton Abbey, con gente bien de toda la vida, de los de dinero viejo y modales clásicos. Fue una fiesta mucho más familiar, evidenciando que el desastre financiero valenciano no ha arramblado con todo.
El anfitrión fue Carlos García Calvo, embajador de la firma, junto con Blanca Corrales, la responsable de Kiehl’s en España. Entre los invitados, amigos suyos como los diseñadores Juan Andrés Mompó y Valentín Herráiz, la interiorista Verónica Montijano y su marido José Luís Vilanova, de VM The Shop, Ana Varela, de Chapeau, el diputado y alcalde de Vilamarxant Vicente Betoret, la siempre elegante María Teresa Monsonís, Conchita Cañamás, la directora del IVAM Consuelo Císcar, el crítico gastronómico Pedro García Mocholí, Vicen Fernández, mujer de Albelda, el creativo Nacho Gómez Trenor o el estilista Víctor Alonso.
También estuvo Antonio Puebla, el sastre de cabecera de los peperos valencianos en aquellos años gloriosos en que atábamos los perros con longanizas. Puebla se ha aficionado a Facebook y da consejos para vestir con tanta elegancia como un Lord inglés. Dice que las camisas de sport han de ser algo más amplias que las de vestir y que los gemelos se pueden usar en cualquier camisa, hasta en las de sport, siempre que se lleve corbata. Para que la corbata siente bien, la separación de las palas de los cuellos de camisa debe ser de uno a dos centímetros, así el nudo de la corbata encajará hasta arriba. Además, los puños de la camisa deben quedar con poca holgura en las muñecas. Y las rayas tienen su dresscode: gruesas para las mañanas; medias para la tarde y finas por la noche.
La nueva tienda de Kiehl’s tiene una decoración similar a la de Conde Salvatierra: suelos de madera, una mesa de consulta como en la farmacia y una lámpara de araña, un interior cálido y acogedor para probarse con calma las cremitas.
La semana que viene, más citas clásicas. La fundación Dasyc ha organizado para el fin de semana un mercadillo benéfico en el jardín del Hotel Hospes. Estará abierto de viernes a domingo. Cuenta Cristina Blanc que será un mercadillo muy primaveral: habrá collares hechos a mano, gafas de sol, pareos, toallas, capazos playeros, ropa de Lexter, tocados, cremitas, camisetas, cursos de natación y hasta treinta puestos para pasar un rato de compras solidarias. Además, actividades infantiles para que las mamás puedan comprar o tomar el Bruch mientras los niños se entretienen.

lunes, 1 de abril de 2013

Bistrós y gastrobares


Aviso para hombres que quieran deslumbrar a una mujer: mirad, chicos, lo de llevarnos a un restaurante de lujo, con camarero de almidonado vestido de negro y pajarita, está un poco desfasado.  Ahora lo que toca es que os gastéis la pasta en un  bistró o a un gastrobar. Ojo, que lo de que pagáis vosotros sigue en plena vigencia, porque la revolución feminista es otra cosa que no tiene nada que ver con la cuenta de la cena. Dad gracias porque los gastrobares son más baratos, en realidad son la versión asequible del restaurante de autor. Con la crisis, a los grandes chefs les ha pasado como a los diseñadores de moda, han tenido que abrir líneas más asequibles con menús más sencillos. El éxito ha sido tal, que más de un cocinero puede mantener el restaurante de lujo con lo que saca de los gastrobares. Lo mismito que las firmas de moda.
Dice Cuchita Lluch, que de esto sabe un rato porque para algo es presidenta de la Academia Valenciana de Gastronomía, que estos nuevos formatos han hecho que los grandes cocineros pongan los pies en el suelo, “utilizan todo su saber hacer aplicando técnicas nuevas a cocina sencilla y tradicional, a las tapas, a platos menos sofisticados”. Es como el punto intermedio entre un restaurante y un bar, producto de mucha calidad pero menos elaborado, puedes tomarte unas sencillas croquetas, un plato de pescado o carne pero con las técnicas más novedosas.
Los gastrobares también se adaptan a un nuevo estilo de vida. Eso de ir a un restaurante fisno donde tienes que ir elegante y apenas puedes levantar el tono de voz resulta cada vez más aburrido, es como un plan de nuestros padres. Lo que apetece es ponerse vaqueros e ir a un restaurante informal, donde puedes contar un par de chistes con tus amigos sin que se escandalice la mesa de al lado. Ricard Camarena le llamó “Canalla Bistro” precisamente por eso, porque son sitios con un punto canalla más juvenil, pero con comida para adultos.
Uno de los pioneros en esto del gastrobar fue Quique Dacosta, que abrió vuelve Carolina para tomar tapas de las buenas; luego vino Canalla Bistró, de Ricard Camarena, y el último en abrir ha sido Valen&Cia, de Valentín Sánchez  Arrieta, el chef de Leisuri.
La inauguración de Valen&cía reunió a más de cuatrocientos invitados, entre ellos Cuchita Lluch, Alfredo Esteve, Javier Monedero, Bea Pechuán, el director general de Llanera, Kako de Pachá, Alfred Garcia de Torremar, Tonino, Juana Camps, Gabí Marí, Bernardo y Mónica de la joyería Rabat, Merche Brandez de Arrocería Duna, Toni Testón, Carmina Baraja, de Unidad Editorial, Natalia Segrelles con Pablo Olmo, Coté Soler y Juan Carlos Ferrero, que estos días anda con líos en su hotel porque se le va el cocinero Paco Morales.
En la fiesta hubo música de jazz y barra de cócteles con Ivan Talens preparando gin tonics con Ginebra N Gin Vlc, mojitos y champagne Moet Rosé de Dicoval. La noche acabó con Manu Sánchez pinchando música de la época de Distrito 10
En el menú de Valen&Cía, decorado por Gerardo Almenar, hay platos de atún rojo de almadraba, verduras ecológicas traídas directamente del campo, hamburguesas de carne vacuna gallega y una selección de arroces a mediodía. “Cocina sincera, producto esmerado y las mejores materias primas”, dice Valentín.
El último paso en la democratización de la alta gastronomía es la barra de bar de diseño. Quique Dacosta ha abierto El Mercat, donde puedes comer un menú de lo más apañadito por 15 euros, y Ricard Camarena ha abierto Central Bar en el Mercado Central, donde puedes tomar gambas, ostras, esgarraet y otros productos del mercado con el sello de un gran cocinero, vamos, la sofisticación barata. Y el no va más son las hamburguesas de autor. El dueño de Café Alameda, Tico Corrons, acaba de abrir Valenburguer en la calla Guardia Civil con hamburguesas gourmet hechas de la mejor carne gallega.